sábado, 10 de diciembre de 2011

...amigos en las buenas.

Los amigos seguramente se ven de verdad en las malas ocasiones, pero es un placer inmenso tenerlos cerca en las buenas. Hoy en día estar cerca es una cuestión de intención, no de espacio ni tiempo. Aquellos que se han decidido por lanzar un mensajito, una llamada, un guiño virtual para alegrar una mañana de cumpleaños pueden estar tranquilos de haber conseguido su objetivo. Todos aquellos que lo hicieron antes y después, también. Los que no lo hicieron pero recordaron que ese día un amigo cumplía años unas calles más allá, o un océano más allá, que sepan que su energía también llegó, y fue convenientemente aprovechada. La vida se nutre de la energía que otros nos ceden amablemente, de la alegría que nos provocan, y de la satisfacción de saber que  deciden emplear un instante de su vida en acordarse de otra, sólo por que ese día un año más le cae en la cuenta.
Uno nunca sabe lo que hizo, ni siquiera si ya lo mereció o simplemente acaba de recibir la primera inversión de energía, esa que llega, insufla una descarga al espíritu y te deja en deuda. La deuda que un amigo puede sentir por otro sin ningún remordimiento. La deuda de hacerle sentir aún mejor de lo que éste le hizo sentir a él.

fotografia de http://elrenglontorcido.wordpress.com

sábado, 12 de noviembre de 2011

...paseo por el futuro (I)


                En el futuro las cosas no funcionaban como él había soñado. Nadie aún viajaba en el tiempo, lo que le daba a entender que su descubrimiento fue algo excepcional, pero que no tuvo continuidad, y eso instintivamente le ponía en alerta. ¿Y si acaso significaba que ese viaje nunca tendría retorno? Además, estaba claro que no podría comentar su descubrimiento en esa época pues si lo compartía podría significar una auténtica invasión de personas del futuro en el pasado, y quizá un cambio anterior a su nacimiento podría provocar  consecuencias fatales para su persona y el curso de la humanidad. Sería terrible para el pasado, su presente, si las formas de actuar que estaba viendo se imponían tantos años atrás, podrían generar una auténtica guerra mundial. El cambio conceptual era sideral.  En el futuro no había dioses a los que adorar. Según le decía un niño (no le preguntaba a los de su edad para no levantar sospechas por su ignorancia sobre cosas tan evidentes) todos los dioses fueron tan utilizados que los más poderosos adquirieron su fuerza y posición social a través de ellos, y eso derivó a que la mayoría de las personas perdieran toda su fe en que les pudiera amparar y en que esos dioses fueran dioses de todos los seres de la tierra. Cuando los más poderosos vieron que el miedo de la doctrina no tenía efecto, decidieron olvidarlos para siempre. Nació una nueva generación donde no se hablaba de dioses, tan solo de conciencia. Existía el convencimiento de que una energía vital era común a todos los seres que habitaban el planeta, y también al planeta mismo y todas las galaxias. Una energía que nació de la gran explosión, dio origen al universo y aún sigue expandiéndose por la infinidad del espacio vacío. Esta conciencia conectaba a las personas que siempre tendían a encontrar las similitudes entre ellos antes que las diferencias. Se había pasado a un estado donde las personas vivían entrelazadas en la energía mientras que las diferencias, provocadas por la grandeza de un desarrollo desde pequeños libre de limitaciones y miedos, se entendían como dones particulares que las personas empleaban con el objetivo de favorecer a la comunidad. Era la única forma de sentir que esa energía especialmente empleada por cada uno les era devuelta a su ser mediante la gratitud de todos. (Continuará)

fotografía de todohumor.com

martes, 8 de noviembre de 2011

...Involución


                Cuando la violencia aumenta día tras día es complicado hablar de evolución. También cuando hemos pasado de que los pequeños puedan compartir juegos en la calle a que deban estar continuamente vigilados para que no desaparezcan ante nuestros ojos. Vamos para atrás si consideramos a una persona mayor un simple estorbo y sólo valoramos la posibilidad de que nos deje una buena herencia; cuando muera lejos, claro. Retrocedemos cada vez que llame más la atención un programa con las vergüenzas de famosillos, que un reportaje sobre el hambre en el tercer mundo y las posibilidades de vencerla. Caemos al pozo cuando hemos visto el reportaje pero nos parece molesto y lejano, y ensucia nuestra rutina con algo de dolor. No subimos escalones de coherencia cuando seguimos esforzándonos por pensar que somos una especie con un planeta que dominar y no nos damos cuenta que el planeta estaba millones de años antes y seguirá estando millones de años después, sólo que no habrá espacio ni condiciones de vida aceptables para nosotros en él. Nos terminamos conformando con la idea de que cada uno no cuenta tanto y lo único que podemos hacer es lo poco que tenemos cerca, ¿pero realmente lo hacemos o sólo lo decimos? Evolución no es aprovechar la inteligencia para crear excusas y dejar pasar el tiempo, sino vivir en conciencia y hacer que el tiempo merezca la pena. Tras estudiar muchas veces los fantásticos avances de nuestra especie, su poderosa evolución, me queda la duda de saber si todo esto que hemos pensado siempre que suponía un camino hacia delante, no es más que un descenso imparable hasta la extinción de la razón. ¿No será todo involución?


Imagen de : http://www.cartastarotesoterismo.com

martes, 25 de octubre de 2011

... Ánclate a la felicidad

No hay demasiada diferencia en la manera en que vivimos situaciones que nos generan emociones tan encontradas como la felicidad o la tristeza. Sin embargo, si que hay una gran diferencia en la forma en que revivimos esas situaciones y de qué manera los sentimientos que nos provocaron vuelven a nosotros. El ser humano tiene la habilidad de responder internamente a situaciones reales de idéntica manera que lo haría a una situación imaginada basada en recuerdos o en construcciones mas complejas realizadas, como si fuera un puzzle, a partir de trozos aislados de recuerdo y de emoción. Pero luego se ha podido comprobar que las emociones negativas quedan durante mas tiempo en nuestro cuerpo, puesto que hemos desarrollado a lo largo de los años "programas" internos que captan la emoción negativa y la hacen girar y realimentarse en nuestro interior; mientras que las emociones positivas provenientes de recuerdos o experiencias aparecen, mantienen un recorrido determinado, y salen de nuestro cuerpo dejándonos de nuevo vacíos de las sensaciones que nos había provocado.
Los anclajes son ejercicios conscientes que pueden practicarse para conseguir que los pensamientos positivos queden supeditados a un "interruptor" que nosotros podremos activar en cada momento. ¿ Imaginas poder decidir ser feliz o estar animado, o con confianza en un momento de necesidad y saber acceder a ese recurso dentro de tí como cualquiera de esos libros que se encuentran en el salón de tu casa? Es mucho más sencillo de lo que parece. Empieza por recordar aquella canción que siempre que oyes te pone de buen humor. Aunque no lo sepas, inconscientemente estás anclado a ella, siempre que la oigas serás más feliz sin darte cuenta. Esto es solo el principio.

jueves, 13 de octubre de 2011

... el jardinero fiel

él conseguía lo mismo de cualquier planta...
Él cuidaba el jardín con una gran pasión. Revisaba cada una de las plantas aunque su experiencia no lo hacía necesario. Para él aquellas horas eran mucho más que una simple ocupación; eran parte de su ser. No era suyo el jardín, pero eso nunca importó. Hay personas que nacen con grandes jardines en su propiedad, pero no tienen la sabiduría para poder mantenerlos y hacerlos cada día más frondosos y cargados de colores. En otras ocasiones incluso los dueños los ponen en marcha, pero llega un momento en que alguien con más pasión, conocimiento o al menos tenacidad, debe tomar el testigo y asumir la responsabilidad, para unos, y el privilegio, para otros.
Yo lo veía casi a diario. Con sus herramientas se afanaba cual relojero suizo en extraer de la planta toda su belleza. Como un escultor, no parecía que detallara la figura en la madera, sino que simplemente se encargaba de extraer esa figura que la madera siempre había tenido dentro. Él conseguía lo mismo de cualquier planta que pasara por sus manos.
Algún día probaba nuevas herramientas, nuevos métodos, algunos con mejores resultados iniciales, pero casi todos llevados a la maestría con el tiempo, la paciencia y su gran amor por lo que hacía.
Un día el dueño del jardín le llamó y le dijo que se había cansado del color inmutable y la frondosidad del jardín, y que además así ahorraba un sueldo, el del jardinero. Lo decía con la misma mirada anodina con la que veía pasar a los transeúntes por la calle, maravillándose con aquel precioso jardín, mientras él mismo no conseguía saborear esa belleza.
El jardinero asintió y le preguntó qué tenía pensado hacer en aquel pedazo de tierra. "Lo dejaré vacío, como un solar, mientras pienso en algo". El jardinero le dijo que si no le importaba, él seguiría cuidándolo aunque no le pagase, mientras no tuviera la idea clara de lo que quería hacer allí. El propietario asintió, molesto en parte por no haberle dicho esto mucho antes y haberse ahorrado más tiempo su sueldo. No se había dado cuenta hasta entonces que la persona que acariciaba sus plantas, hablaba con ellas y las hacía sentirse las mas bellas e importantes de todos los jardines del mundo era, simplemente, un jardinero fiel.

fotografia de guadalajaracity.olx.es

martes, 11 de octubre de 2011

... El nombre más corto salva su vida (humor)

De repente un señor japonés muy bajito se levantó y dijo...
Un día, en un vuelo de Madrid a Caracas, de la megafonía surgió el siguiente mensaje:
Lamentamos informarles que hemos sufrido una avería grave en el sistema mecánico y que tras ver que solo disponemos de un paracaídas y el equipo para sobrevivir en el océano para una sola persona, el capitán ha decidido que este equipo será para la persona que posea un nombre mas corto.

En ese momento se levanta un chino y dice: yo cleel que palacaidas sel pala mi. Yo me llamal "O".

La tripulación le estaba dando todo el equipo de supervivencia cuando de repente un señor japonés muy bajito se levantó y dijo: Disculpal letlaso. Mi no entendel idioma de celvantes. Ahola ya sabel y cleel que palacaidas sel pala mi. Yo llamal me "CASI-O".

La tripulación estaba mas apurada que los músicos del Titanic cuando vieron que no había propina el día que mas tocaron, pero le quitó el equipo al Chino y se lo dió al japonés.

Finalmente estaba para saltar mientras los demás del avión se despedían unos de otros, cuando una persona pegó un berrido como si llamara a un rebaño para que todos se callaran, y dijo: Me vaih a perdoná pero ezque ejhtaba en plena ziezta (ya gracias a Artur Mass - también llamado Arturito Mas x Menos ; sobre todo relación cabeza y cerebro - todos sabemos lo mal que hablamos los andaluces, por eso en el avión tuvieron que encontrar un traductor andaluz - español, que como los médicos, siempre suele haber alguno en el avión... A partir de ahora traduciré todo para que los comentarios puedan entenderse por todos aquellos que disponen de mejor educación y no han sufrido a los profesores que se pasan todo el día sin hacer nada en los bares gastándose el dinero de las peonadas de los agricultores andaluces que tampoco trabajan, gracias sobre todo al dinero que dan algunas comunidades autónomas, como bien recuerdan mintiendo sus políticos, a los que parece que su sueldo por decir pamplinas (si no eres andaluz, gilipolleces pero dicho con mas arte) no viene de los impuestos que pagamos todos.

Bueno, no os olvidéis que el andaluz estaba hablando en el avión mientras Casio estaba con la sonrisa pensando que se libraba de una muerte segura. Traduzco el andaluz desde el principio: Me vais a perdonar pero es que estaba en plena siesta y me he enterado ahora de que el del nombre mas corto se salva de la tragedia. Me ha parecido increíble, porque en mi pueblo con la fresa casi no hay chinos, que haya uno que se llame O, pero es que casi me da algo cuando me cuenta mi señora que ha salido un japonés que se llama CASIO.

Pero vamos, lo que venia a decir, que me parece que el paracaídas va a tener que ser para mi.....
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Porque es que a mi mi padre me puso
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NI-CASIO



Dedicado a los que hablamos tan mal aquí por el sur y a mi Amigo Antonio Arenas que me lo contó hace unos meses y fue uno de los profesores (hay afortunadamente muchos de esos profesionales aún hasta en el Sur amigo Arturito) que cuando yo tenía doce años me supo transmitir con su profesionalidad y empeño la pasión por aprender... y hacerme entender por todo el mundo.


fotografía de vinividivinvi.com

miércoles, 5 de octubre de 2011

...un nuevo día

algunos sueñan con ser dioses haciendo a otros esclavos
Mañana habrá un nuevo día. El sol aparecerá desde el puerto de Málaga (a los que ahora vivimos por aquí) y nos enseñará, inmutable, que fue pionero en reinventarse tras 24 horas de existencia. En el fondo, todos sabemos que no es así, y somos nosotros los que fingimos cada mañana descubrirlo de nuevo, sentirlo llegar, mientras somos también los que nos movemos respecto a él. Las noticias que hoy me han llegado no cambiarán esta percepción. Hoy he disfrutado del mar, he sentido la brisa en la cara, he sido feliz. También a la tarde, ya cuando las conversaciones deben hacerse con la luna pues el sol calienta a otros en poniente, he tenido que percibir cosas que, a priori, suponen cambios. Es difícil frenar la vocecita que busca recursos para asustarse y asustar, porque ella actúa mucho más veloz que ese mastodonte de andares lentos como el elefante que es nuestra conciencia. Pero no tengo miedo. He llegado aquí construyendo un futuro en fotogramas diarios que siempre encontraron el mejor momento y el mejor escenario para ponerse en acción. La vida siempre ha conspirado a mi favor incluso cuando yo había perdido la fe y pensaba que quizá lo hacía en mi contra. Las personas que piensan que juegan con mi destino no terminan de saber que sólo hay un director en este escenario, ni siquiera se han dado cuenta que son meros actores de reparto. Impresionan al público a veces, pero el director como mucho sólo puede lamentar esa manía de sobreactuar buscando poder donde sólo pueden destilar debilidad.
Hola la luna me ha dicho que no sabe qué pasará mañana, pues en el camino no se encontró con el sol para sacarle alguna información. Yo sólo puedo decirle a la luna que no se preocupe, que yo le garantizo lo que pasará mañana. Un nuevo día. Por mucho que algunos quisieran controlar eso... no pueden.

Yo prefiero vivirlo. Aceptarlo como venga. Imaginar esta noche como quiero que sea. Aceptarlo como venga.

Imagen de haciendofotos.com

martes, 20 de septiembre de 2011

...cien


                Cien veces recordando que lo hacía sólo por mí. Tantos otros momentos de felicidad pensando que quizá lo hacía también por los demás. Un centenar de miradas hacia adelante y tantas otras recordando hacia atrás. Diez decenas de ilusiones puestas en negro para poderlas compartir en un mar donde no sólo los grandes patrones pueden navegar. Cien que empezó con un uno decidiendo como siempre ¿Cómo se tendrá que llamar? Centenario que no predice una muerte que se acerca sino poco menos que una joven pubertad. Cien reflejos de escritores, filósofos y profetas que no dejaron más que un deseo de un aprendiz de barrio del Sur. Muchas maneras de decir que sigo creyendo en creer y que no me convence rendirme ni de mí ni de nadie más. Cien pasos en una montaña que vista ahora desde aquí descubre su verdadero cometido, mostrarme que hay muchas montañas cercanas a las que todavía llegar. Cien y cien y algunos miles de agradecimientos a esas personas que un día decidieron leer lo que un loco, sin miedo como todos los locos, se atrevía a gritar. Número que no significan nada salvo la marca que dejan en ese paseo por los miedos, las esperanzas y los sueños que  quedaron marcados en ese parque que se ve desde la puerta de atrás. Un canijo y dos barriletes puestos en fila esperándome para hablar y hablar y hablar sin parar. Cien deseos de extender un solo y único estado de felicidad. El post número 100 de esas vueltas a la cabecita loca de uno al que olvidaron despertar a la realidad.

jueves, 15 de septiembre de 2011

...velocistas


Hay velocistas esplendorosos. Su amplia zancada emula a los guepardos mientras acarician el suelo en algo muy parecido a un vuelo rasante. Sus músculos parecen salir de su cuerpo, generar potencia infinita a un ritmo en el límite del impulso eléctrico. No hay señales conscientes, solo un patrón inconsciente que lleva al límite esa fantástica capacidad. Son perfiles poderosos, avasalladores, explosivos. La vida en la élite es corta pues el cuerpo tiene más límites de los que ellos aprecian en su lucha contra el cronómetro y la competencia es brutal. Miradas desafiantes en la línea de salida. Juegos de egos enfrentados para obtener una milésima de ventaja que pueda ser crucial. Algunos consiguen hacer de su carrera un camino de lucro y éxito y con suerte mantienen los réditos durante un periodo importante de su vida. La mayoría no. Acaban enfrentándose a otros ritmos de vida, carreras mucho más largas, de fondo, molestas y desconocidas para estos corredores de alta velocidad.
En la vida siempre he preferido las carreras de ritmo sostenido. Aquellas que dan tiempo a chequear tu interior y regular los esfuerzos. Aquellas  donde el crecimiento es continúo y no depende de la explosividad de un momento de gloria. Muchas veces he visto a velocistas pasarme como ciclones mientras miraban para atrás con esa zancada primorosa, mientras mi ritmo continuo, de aspecto cansino y poco estético quedaba muy muy atrás.  A la mayoría los encontré en el camino, lesionados en su ego, absortos tras perder su grácil estilo, desorientados al ver que trataron de correr la carrera de su vida apostando todo sólo a nueve segundos de gloria y olvidando lo demás.  Traté de hacerles ver que la meta estaba mucho más allá.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

...esperar


Esperar es ingrato. Uno se queda ahí, a las puertas de algo que tiene previsto hacer, y el momento no llega. Buscamos alternativas para que ese tiempo pase sin que nos demos cuenta, lo más rápido posible. Una revista, un vistazo al móvil, o darle dos vueltas más a aquel asunto que ya nos iba apareciendo en nuestros pensamientos cuando aún veníamos de camino. ¿Qué tiene ese rato que lo hace tan inútil? ¿Lo es por inesperado, por aparecer justo cuando menos apetece, por no avisar y sorprendernos sin nada previsto para llenar el vacío...?
Y si ese fuera el momento. Ese momento que esperábamos para tener nuestra gran idea. Ese espacio de tiempo donde dejar la mente en blanco y conectar con ese pobre cuerpo que nos acompaña siempre, a pesar de nuestra indiferencia. Esa oportunidad de conocer a las personas, a esas personas anónimas que por el simple hecho de llamarse así ya no merecen mucha más atención. Y si fuera el momento que el destino nos ha ofrecido para cambiar nuestra vida… o quizá estabas esperando a que ese momento fuera avisado con luces de neón para no dejarlo escapar. No malgastes un segundo. Son todos igual de válidos. Las experiencias que decidamos afrontar y disfrutar en esos momentos serán las que además de válidos los harán especiales. 

martes, 30 de agosto de 2011

... en barbecho

Hay tierras a las que dejar tomar fuerzas renovadas. También hay momentos donde un blog requiere su descanso. Mas bien hay momentos donde el que escribe el blog requiere tomarse un descanso. Nada mejor que alejarte de un ordenador para llevarlo a cabo quieras o no. La mente se refresca, toma fuerzas, piensa en alternativas y comienza a echar de menos esa cita periódica con sus propios huéspedes.
Aun no acaban las vacaciones pero algunas partes ya van pidiendo la vuelta a las buenas rutinas, a las saludables, a las que llenaban el espíritu. Creo que el barbecho llegó a su fin, será que hay que comenzar a plantar a pesar de que el otoño nos espere y no la primavera. Bendito descanso.

lunes, 15 de agosto de 2011

... olvidé

Hoy, al levantarme, olvidé. Olvidé las obligaciones y también lo que me prometí recordar. No tenía rumbo fijo ni siquiera caminar, porque olvidé donde debía ir. Miraba alrededor y todo me parecía nuevo, extremadamente nuevo, pero inusualmente familiar. Imágenes reflejadas en una retina insolidaria que no deja que nada de eso lo puedas recordar. Olvidé las obligaciones, los compromisos, las ilusiones, los amigos. Todo aquello que se supone que jamás debes dejar pasar. Los caminos eran desiertos y los cruces adivinanzas para una mente vacía en buscar de algo que guardar. Me movía ágilmente, sin el peso de los recuerdos, sin la carga de las decepciones, sin el tesoro de las pasadas alegrías. Me movía como si nada de lo que hacía fuera a durar. El tiempo pasaba y justo en ese momento se cerraba una puerta que impedía mirar atrás. Hoy, al levantarme, lo olvidé todo. Olvidé lo que soñé. Olvidé tanto, que me olvidé de despertar.

jueves, 28 de julio de 2011

...Siip y sus sueños

Nuut también le decía que los
sueños se pueden hacer realidad

Siip pensaba que todo era una invención de los mayores. Que los sueños, aunque siempre te dan la oportunidad de enseñarte grandes lecciones para la vida, no podrían hacerse realidad. Le extrañaba que su amiga Nuut se lo dijera también, además él siempre reconocía cuando ella le gastaba bromas porque sus ojos brillaban de una manera diferente, y al final, tras ver la cara de desconcierto que le provocaban, acababa diciéndole la verdad. Pero esta vez no brillaban los ojos, sólo parpadeaban de vez en cuando mostrando esas largas pestañas de cola de pavo real. Pero no podía ser verdad. Él en sueños había volado, peleado con dragones, participado en batallas, descendido a los fondos marinos, disfrutado de una vida de estrella de cine y televisión…. No podía ser verdad. Sabía que no era verdad.
Un día le sorprendió verse en la portada de un cuento…o él pensaba que era él. El protagonista también se llamaba Siip y tenía una vida similar. Incluso los dibujos realizados por una tal Teresa tenían un sorprendente parecido con él y sus amigos. Cuando aquello le pasó, miró a su madre y ella no pareció sorprenderse. Sólo le dijo “vaya, ¡que coincidencia!”. La frase perfecta para que él dejara de preguntar, pero no para que su cabeza dejara de dar vueltas intentando encontrar algo más razonable que una simple casualidad; pero no hubo manera.
Eso fue extraño, pero hoy el día había comenzado con su padre en el coche diciéndole que esa noche habría cine familiar, y eso era casi tan extraño como lo del cuento. Nunca iban al cine los jueves. El viernes había que madrugar y si a la habitual pereza de Siip se unía una noche de cine, la mañana siguiente era toda una odisea hacerlo despegar de las almohadas. Pero su padre le dijo que estrenaban una película muy especial.
El día paso rápido y todos fueron encaminándose al cine, mientras Siip pensaba que si los sueños se cumplieran, él podría ir volando y así no tendría que aguantar las travesuras de su hermana, haciéndole cosquillas con una pajita de la Coca-Cola entre los dedos de los pies. Pero allí, amarrado en el coche, no tenía superfuerza para romper el cinturón y abrir un agujero en el techo… ¡y además eso le haría ganarse una buena bronca de sus padres!
En la puerta del cine había mucha cola y cientos de niños agolpados con sus padres. Parece que había un estreno de dibujos animados que habían levantado mucha expectación en el pueblo. Mientras esperaba, Siip pensaba lo genial que sería convertirse en actor, eso no podía ser tan difícil como volar y también permite vivir miles de aventuras diferentes, convirtiendo muchos de los sueños en realidad. La cola fue entrando lentamente, y justo cuando giraban hacia la taquilla había una imagen de cartón frente a ellos. Un chico moreno, con gafas, y una pose divertida lo miraba fijamente. El corazón le dio un vuelco y a duras penas consiguió leer bajo la imagen: Gran Estreno “Siip y los secretos de la vida”.

jueves, 14 de julio de 2011

...controlando la alucinación

Pasa el tiempo y sigo soñando. Tan esperanzador como preocupante. Mantener una visión donde la acción no llega acaba probablemente transformándose en una alucinación. Es la parte preocupante. La parte esperanzadora es que, lentamente, con pies tan rígidos como los de una figura de hormigón, se siguen dando pasos hacia delante. El sueño no decae, aparece nítido y muestra otra realidad, como buen sueño que se precie. Una realidad diferente pero tan natural como la que vivo. Posiblemente otra vida en otro lugar que quiero “recordar”, o traspasar a esta. No quiero sustituir, quiero integrar. Sigo soñando que podemos, que cada uno de nosotros puede. Que ese vacío no es un trozo perdido sino más bien uno que rellenar. He comenzado pensando en el fin sin conocer los medios. Ahora van llegando los medios y todo conspira hacia un fin. Entre medias un ego que intento mantener animado como un peón responsable pero dócil para que no interfiera allí donde la razón no llega y la emoción toma el control. Sigo soñando que un sueño que tuve se hace realidad… abro los ojos y sigo viéndolo, ¿será que ha llegado?

martes, 28 de junio de 2011

...tienes derecho a tener un mal día

Hoy la sociedad nos dice que lo normal es estar bien cada minuto de tu vida. Si no duermes, usa una crema anti fatiga que lo encubra, si los ojos no se abren y están rojos de no dormir, usa un colirio. La imagen ya no queda en el físico, sino que se va también a la actitud. Hay cierta corriente mediática que ha pasado de ver la vida como algo puramente material (físico perfecto, dinero y pertenencias) a vender ahora que la felicidad es sonreír ininterrumpidamente. Si la vida te da limones, hazte un zumo. Sí, claro que sí, pero todo con equilibrio. Una cosa es que uno piense que toda su vida es un limón amargo, porque eso seguramente quiera decir que es necesario un cambio de actitud ante la vida, y otra cosa es que ya uno no se pueda levantar por la mañana un día y verlo todo nublado por mucho sol que brille fuera. ¡Somos humanos!
Después de la tiranía del físico está llegando la tiranía de la sonrisa, como yo la llamo. Y esto no es más que otra moda, porque ante todo no podemos perder la perspectiva fundamental y es que somos seres con emociones, y eso es lo natural. ¿O es que ahora nadie puede sentir un día que algo le satura, que las fuerzas le han abandonado un poco y eso le hace sentirse con ganas de no moverse demasiado e “hibernar” un poco, unas horas, tranquilo en casa? Por supuesto que sí.
El ser humano vive en movimiento continuo. Periodos expansivos y otros de contracción, donde la mente, el cuerpo, todo se prepara para un nuevo periodo expansivo. No te preocupes por eso. Simplemente sé consciente de que te pasa y aléjate de los problemas. Mañana el sol volverá a brillar. No es más que otro ciclo de la naturaleza. Dejemos ya de compararnos con los estereotipos que se crean para que hagamos lo que otros quieren y vivamos nuestra vida con aceptación, y con paz interior… esa sí que es la auténtica 
felicidad.

fotografia de:  estuimagen.com

jueves, 16 de junio de 2011

...me querrás acompañar?

La libertad comenzaba cuando se unían nuestros cuerpos. La vida se transformaba y todo se desvanecía fuera. Nuestras almas pedían un poco más de tiempo para permanecer allí. ¿Es sólo escapar la solución?
No entiendo como el viento a través de la ventanilla del coche era suficiente para entender que todo podía pasar, también para entender que quizá el momento que esperábamos nunca llegaría… o más bien, que nosotros nunca llegaríamos a ese lugar donde el momento se alarga hasta la eternidad.
Ahora déjame respirar un poco este aire caliente, déjame entornar los ojos para que las luces se desvanezcan. Nuestra vida tomó sentido aquí mismo, pero su continuidad quizá dependa de que dejemos atrás todo aquello que pensamos que tenemos. ¿Me querrás acompañar?
La caja del supermercado no es más que una prisión con barrotes de cristal. Tú quieres volver a sentirte útil, pero no hay más frustración de la que siente que se arrastra en una tierra a la que no pertenece. ¿Te animas a ponerte en pie y navegar junto a mí con la única brújula del corazón?
Voy flotando a la velocidad adecuada, oigo esa música que me ayuda a orientar la brújula de mi libertad. Sigue soñando junto a mí, no dejes que despertemos.
Apaga las luces, oigamos a Tracy una vez más…





jueves, 9 de junio de 2011

...tu también disimulas?

Hoy decía un buen amigo que se pasaba los días disimulando, y me ha hecho reflexionar (os dejo abajo el enlace a su entrada del blog). Todos disimulamos en mayor o menor medida, la mayoría casi inconscientemente como parte de nuestro “personaje”, ese que proyectamos hacia los demás, pero que no pocas veces consigue convencernos tanto a nosotros mismo, que nos convertimos en ellos. El disimulo, en mi opinión, es un recurso social, de puertas afuera. Como todo en la vida, usado con cierta moderación puede ser bálsamo que no hiera sensibilidades, pero tornado en hábito puede alimentar un monstruo que algún día se vuelva contra nosotros. Si miramos para dentro el disimulo no tiene cabida, y el reconocimiento de esta actitud nos puede provocar cierta amargura, pues no es otra cosa que el autoengaño. Para quién no entiende que dentro de él puedan existir dos “personalidades” diferenciadas, la que nace del alma y la que dirige el ego, esa sensación de autoengaño le puede iluminar en el concepto. El ego provoca el autoengaño, el alma siente la amargura de la traición a uno mismo.
Hacia fuera ocurre algo similar. Cuando el personaje nos supera nos vemos “disimulando” ante personas que no lo merecen y llega la amargura. Otras veces nos gusta tanto el personaje, tan cómodo y poco exigente ante la honestidad que nos encerramos en él y enclaustramos nuestra vida a unos muros sociales que provocan dentro una pérdida de identidad.
Como en la mayoría de las cosas, en el equilibrio está la virtud, pero si dudas, decide si prefieres la comodidad de la opereta o el desafío de la verdad. Uno te da la paz en el momento, el otro quizá toda la 
vida.



imagen de graciagamboa.blogspot.com

jueves, 2 de junio de 2011

...sólo una partida de ajedrez

Yo tendría once años y mi padre dos trabajos. En uno descansaba el fin de semana, pero doblaba turno en el otro. En este segundo, descansaba los lunes, con lo que la tarde del lunes era la única que podía descansar algo, pues sólo trabajaba ocho horas, cuando el resto de los días trabajaba una media de catorce o quince. Aunque uno de los trabajos era al lado de casa, prácticamente no lo veía.
Los lunes, después de la jornada de mañana, llegaba comía y se echaba una siesta. Yo llegaba a las cuatro y media del colegio y él muchas veces no estaba, porque mantenía un pequeño huerto para que tuviéramos comida fresca y baratita. Él llegaba, me saludaba y se sentaba a leer, o a hacer algunas cuentas de cómo iban las cosas. Yo mientras hacía mis deberes de clase. Había calma, y dos personas concentradas. En realidad tres, porque mi madre hacía tareas de costura casi siempre sentada a nuestro lado e iba ojeando los progresos de uno y otro con una suave sonrisa.
Cuando terminaba mis deberes no me iba a jugar con los amigos; ese día no. Ese día mi padre tampoco pretendía salir al bar con unos amigos, o dedicarse a hacer cosas que deseara en todo ese tiempo en el que sólo podía pensar en trabajar. Ese día él sacaba un viejo tablero de ajedrez con piezas de plástico, algunas de ellas ni siquiera emparejadas con las otras, las disponía sobre aquel tablero con el canto roto  y me retaba a jugar. Claro, primero me enseñó cómo hacerlo. Lo básico. Luego fuimos aprendiendo los dos. Yo me aficioné y seguí jugando con amigos, pero durante mucho tiempo mi mejor partida fue la que jugaba los lunes. No recuerdo como acabó aquel rito familiar, seguramente yo comencé a no darle tanta importancia y él jamás me reprochó que lo dejara. Hoy miro atrás y recuerdo aquello. Hacía años que no lo recordaba. Lo escribo aquí porque no quiero que se me vuelva a olvidar. Si alguna vez tengo un hijo espero tener ese momento tan especial con él; pero eso es sólo hablar de futuro. Se me ocurre que en el presente, quizá a alguien que dispone de mucho tiempo, ahora que está jubilado, y que habrá olvidado cómo se mueven las fichas, le apetezca que un poco de mi tiempo, de ese poco tiempo que a todos los adultos nos dejan las obligaciones, lo dedique a lo verdaderamente importante, una partida de ajedrez.


Dedicado a las DOS personas más importantes de mi vida. Mis padres.

martes, 31 de mayo de 2011

...acaba con el ruido del televisor

Estoy cansado del ruido de la televisión. No es nada más que ruido. Las noticias,ruido. Las series, ruido. Los programas, mas ruido. Y ya la publicidad, con su típica subida de volumen, el colmo del ruido.
Cada vez tengo más claro que una de las cosas más sanas que una persona puede hacer es dejar de ver totalmente la televisión. De todas maneras, si tienes aquel evento deportivo, aquella película, etc. que realmente te parece una gran oportunidad para verla te propongo una  cosa: Considera ver la televisión como ir al cine.
No la pongas nada mas entrar cuando llegues a casa, "porque te da compañía", pon música que te guste, o simplemente, quédate tranquilo en el silencio que te da tu hogar después de un día de ruidos, pitos de coche y alboroto. Revisa en Internet u otra guía (no en el televisor porque te quedarás enganchado toda la tarde haciendo zapping) la programación del día, y también la del día siguiente incluso, y marca qué quieres ver. Y luego, disfruta la experiencia del evento, pero cuando se acabe, apaga el televisor de nuevo. ¿verdad que no dejarías una cafetera encendida después de preparar el café.. para que te de compañía? pues con el televisor haz lo mismo. Si puedes mira programas o películas sin anuncios (yo prefiero las de un cd o internet que las que ponen los canales), y si no puedes evitarlos, quita el sonido siempre que comiencen. No dejes que tu vida sea un continuo recibir mensajes subliminales de qué comprar y qué hacer. Decide por ti mismo; y acaba con el ruido.

fotografia de blogs.elcorreo.com

lunes, 23 de mayo de 2011

...constancia

Hoy, tras las elecciones municipales y autonómicas, unos ganan y otros pierden, unos ríen y otros llevan cara de velatorio, pero hay muchas personas sorprendidas. Esas personas, valientes, decidieron que era el momento de demostrar que no vivimos tan bien, ni estamos tan acomodados, ni somos tan dóciles. Esas personas se lanzaron a la calle a mostrar su descontento y a dejar ver con claridad que la clase política y el modelo económico no los representaba y además eran los verdaderos culpables de una situación global caótica que suele ser el reflejo de muchos pequeños dramas personales
. Se movilizaron, se organizaron, mostraron un modelo de comportamiento donde la represión no tenía sentido (y menos en campaña electoral) y los dejaron actuar y hacerse notar. Esas personas, desde ayer por la noche están muy sorprendidas. Pensaban que el cambio motivado por su acción iba a ser global e inmediato. Pensaban que el lunes despertarían en un nuevo escenario, en una nueva política, en una nueva sociedad. Hoy ya no están sorprendidos, ha sido una noche larga que da para interiorizar la realidad. Hoy están desencantados, desilusionados... no dan crédito. Los fracasos suelen ser esas cosas que, normalmente tras mucho esfuerzo,  no salen como a tu interior le gustaría que salieran, y esa es la sensación de muchos, de esfuerzo en vano. 
Yo sólo les digo desde aquí que no recuerdo nada importante realizado sin constancia, sin esfuerzo continuado, sin pasos adelante cuando las cosas te animan a abandonar. Lo que muchos creían definitivo no es mas que una chispa, diminuta pero vibrante, que necesita ser alimentada con la constancia, con el combustible de la fe en algo que debe ser pero que queda muy lejos aún. La verdadera respuesta a todas esas ilusiones llegará dentro de un año, si su constancia lo permite. Si no, la chispa se apagará y quedará en la breve anécdota de un Mayo cualquiera.

miércoles, 11 de mayo de 2011

... el domador

Ruge la bestia y el domador recuerda momentos pasados. Horas de duro trabajo, disciplinada rutina y no pocos sustos. Momentos de rebeldía interna y de reecuentro de un ser salvaje con su más profundo instinto. Hoy resuena igual. Las maderas crujen como quejándose por el ruido hueco, grave y profundo. Tiembla el techo levemente... y algún que otro corazón.
"Sería mucho más sencillo si esa llamada nunca volviera", se dice, pero sabe que es poco menos que inevitable. Lo peor no es que llegue, sino que suele hacerlo sin avisar, como una tormenta en Mayo, sin tiempo para resguardarse ni cualquier preparación. Ahora, aunque pudiera parecer lo contrario, lo más importante es mantener la calma, mucha calma. La bestia te espera, fiera, y un domador acelerado es lo último que desea ver. Puede ser habitualmente la primera decisión tomada por alguien mas novel en la difícil misión de calmar algo cuyo poder supera con creces el tuyo. Suele en esos casos ser también la última decisión tomada en una efímera vida.
Me acerco sigiloso y la veo, latiendo, palpitando, con ganas de escapar. Muestra sus garras amenazantes fuera de los barrotes. A veces me parece verlo como la imagen de un saludo inocente en una mañana de fusilamientos, en una película nunca rodada del maestro Buñuel.
Vieja conocida, amiga en tantas historias y terrible enemiga en otras tantas de señales imborrables, cosidas a fuego por los surcos que dejaron sus afiladas uñas en mi tostada piel. La miro y respiro. Asumo el ritmo que marca su respiración. Sonrío levemente y ella me mira conocedora de mi plan. Ruge fuerte y luego más débil, y seguimos respirando los dos al unísono, sólo que ahora el ritmo lo marco yo. Cada vez más suave, cada vez más lento. Me sigue mirando. Zigzaguea en su reducido espacio mostrándome la cruda realidad, diciéndome: "¿De verdad esperas que permanezca tan tranquila, día tras día, como si no fuera nada, como si todo el volcán se hubiera apagado sin más? No me contestes, ya sé que sabes que no".
Yo la observo y escucho su mensaje. Me siento lentamente mientras ella se tumba con una calma inconcebible sólo cinco minutos atrás. Cierro los ojos y me pregunto en silencio: "¿Qué hice yo para hacerla despertar con tanta fiereza?". Espero. Suena sobre mis hombros el viento del atardecer y me parece oír un rugido suave que mesa mis cabellos y me dice susurrando: "Tus barrotes son gruesos como estos que me confinan, pero tu bestia cuando despierta los destroza como una manada hambrienta. Hoy mi rugido saludaba a tu grito desconsolado de frustración".

Ahora las bestias duermen tranquilas. Un día cualquiera en la vida de un humilde domador. Otra lección.

(Bestias de cada día...cantadas por Bruce) - Atlantic City.


Fotografía de fernandomalo.blogia.es

lunes, 9 de mayo de 2011

...medita

Si no lo haces aún, hoy te invito a que consideres la idea de hacer meditación. A priori, si no has profundizado un poco en lo que representa, se suele ver a la meditación como una suerte de arte exotérico que solo practican adecuadamente monjes en amplias túnicas y parajes montañosos.  Nada más lejos de la realidad. Su simplicidad y naturalidad es en muchas ocasiones uno de los principales motivos para no mantener el hábito de hacerla, pues esos preconceptos nos llevan a comparar lo que nos ocurre mientras lo hacemos con lo que pensábamos que nos iba a pasar si lo hacíamos, y nos sentimos desanimados. La meditación solo tiene un objetivo, el reencuentro.
Cuando consigues calmar esa corriente de pensamientos que corre en cascada por tu cabeza te reencuentras con los dos aspectos fundamentales de la vida: el presente y tú mismo.  Ese es el mayor regalo que te puede ofrecer, si lo sabes valorar en su justa medida.
Sólo tienes que sentarte en una postura cómoda, pero no excesivamente (sentado, espalda derecha y erguida, cuello recto y sin apoyar la cabeza en nada para mantener bien despierta nuestra atención), no estamos haciendo técnicas de relajación, aunque la meditación en sí nos la pueda provocar, pero si caemos en una relajación excesiva podemos estar en nuestro cerebro en niveles cercanos a las ondas del sueño y ahí nos volvemos a despedir de nuestra realidad más profunda y también del presente… comenzamos a soñar.
El objetivo es conseguir “vivir” el momento presente sin que los pensamientos nos lleven al futuro de lo que tengo que hacer, lo que me gustaría conseguir, lo que me asusta para enfrentar; ni tampoco nos devuelvan a un pasado de momentos buenos anhelados y otros insatisfactorios y que forjaron nuestros temores. Concentrate en observar la respiración. Cuando vivo el presente, cuando el tiempo psicológico se enmudece y queda en calma, los problemas no existen, y consigues observar a ese ser humano que  en la batalla diaria se ve conquistado por la corriente de pensamientos y emociones, dejándolo a la deriva. Consigues observarte a ti mismo como quién mira un autorretrato, y ese desapego es el que trae la calma y le da perspectiva a muchas situaciones que antes parecían problemas insalvables.
Si no lo hiciste, hazlo. Pero por favor, no lo intentes. “Intentar” no existe. O lo haces, o no lo haces.


Fotografia de: es.paperblog.com 

jueves, 5 de mayo de 2011

...gato callejero

Lo he visto de reojo... o me lo ha parecido. Era una cola de gato erizada por el miedo, pero cuando he mirado, ya había pasado de largo. No le he dado más importancia, hasta que de nuevo me ha parecido ver unos bigotes poblados y unas orejas puntiagudas, y he avanzado dos pasos pero cuando he llegado ya no estaba. He seguido paseando y mientras me embobaba con un niño que hacía de un zapato el arma perfecta para el entretenimiento me ha parecido que maullaba por mi izquierda, pero al girarme ya no estaba, y el llanto del niño con su zapato en el suelo me ha devuelto a la realidad. Aquella moto debió espantarlo, pero es sorprendente que paso tras paso, sigamos coincidiendo. Ese que está cruzando delante de mí no es, me pareció que era oscuro y más grande, con pelo menos homogéneo, más callejero. Me adentro en el centro y la multitud de personas conquista el silencio, entre las piernas de aquella joven me ha parecido verlo de nuevo, esta vez tengo que descubrirlo. Lo sigo, bajo una calle estrecha y al tomar la esquina, una sombra lo delata. De nuevo giro y ahora el sol me deslumbra… no veo nada. Me apoyo en la palma de mi mano como visera, pero el horizonte sólo deja una ventana andaluza y un nuevo callejón. Acelero el paso y esquivo dos turistas más perdidos que yo. Giro de nuevo y encuentro una placita escondida del ruido del día a día, no hay más salidas, sólo donde me encuentro yo. El tiempo se para, pero el gato no aparece, parece haberse esfumado… quizá mi curiosidad lo mató.

foto de: www.mascotas.org

martes, 3 de mayo de 2011

...así amanece

Resplandece el frontal del estadio de atletismo como un abanico dorado y me da los buenos días. Algunas sombras rezagadas se despiden de la noche y se ocultan tras los resquicios. Las avenidas van retirando el toldo de nubes como las calles del casco antiguo tras un día caluroso y dejan por fin, allí donde el asfalto se funde con la arena de la playa, aparecer un imberbe cielo azul.
Un instante infinito
Al otro lado, la montaña cambia de tonalidad, aún acariciada por  nubes bajas que van terminando su misión de impregnar la mañana de rocío. Huele a montaña. El mar aún no susurra al viento con su olor a salitre y deja un momento de gloria a esa sierra confidente, compañera y cómplice. Aquella que cierra filas en torno a una ciudad árabe de nacimiento y cosmopolita en su madurez. Aquella que defiende de tormentas, rascando  nimboestratos hasta hacerlos llorar de risa, para que lleguen exhaustos a la costa y no impregnen de agua dulce el territorio natural del agua con sabor a sal.
La luz sigue llegando con rayos de pincel, transformando el gris en impresionismo con pinceladas sacadas del mismo Van Gogh, haciendo de la ladera una obra de arte perecedera, margaritas, como sus inmortales girasoles.
Sabina mientras recita poesía con acompañamiento de tango, transporta brevemente al Rio de la Plata hasta que el sol de nuevo inflama la retina y te saca de un sueño para sumergirte en una realidad de ensueño. Despierta la naturaleza y todo, un día más, late de nuevo. Él día que el pecado original expulsó al hombre del paraíso, Dios debió pensar que había que mantener un pedazo para dar fe de su existencia, allí donde la memoria ya hiciera olvidar que una vez existió. Ese pedazo lo dejó aquí. Ahora la mañana lo ilumina e insufla esperanzas a un corazón desencantado de la raza humana. Si el paraíso está tan cerca, quizá también la salvación. Así amanece en Málaga.

Foto de : www.pentaxeros. com

lunes, 2 de mayo de 2011

...no acabará aqui

Sí, Bin Laden está muerto (parece... porque ver, hemos visto poco). Intento ponerme en el lugar de los cientos, posiblemente miles, de norteamericanos que lo celebran. Murieron muchos de ellos en el ataque suicida a las torres gemelas que, hace ya diez años,  inició de verdad la guerra contra los  Talibanes. Intento ponerme en su lugar. Hay vítores, gritos al unísono de: "¡USA!" , comentarios de lo orgulloso que se sienten siendo americanos en momentos como estos. Intento ponerme en su lugar, pero no lo consigo.
Ante un ataque injustificado han respondido,no con la ley del Talión "ojo por ojo y diente por diente", sino que han elevado su ataque a la enésima potencia. Sí, lo que suelen llamarse, "daños colaterales". Han hecho de Guantánamo una palabra que provoca repeluco con sólo oírla y pavor si uno se detiene a entender lo que ha significado estos diez años. Han multiplicado por "n" el número de muertos en territorio "enemigo", han sembrado el pánico al encumbrar a un demonio que hay que exterminar. Yo no me alegro de la muerte de nadie, sobre todo cuando es provocada por otro ser humano. Si,  en algunos casos puede ser más justa que en otros (si basamos la justicia en merecer castigo según aquel que inflijas a los demás); pero siempre añade un escalón más a una escalinata hacia el caos. Veo las imágenes de los americanos e imagino a miles de extremistas del mundo árabe ( y no tan extremistas) mirando la misma pantalla del televisor.. recontando mentalmente las bajas que ha dejado esta búsqueda implacable en su camino. Me parece percibir el odio que se genera en ellos... veo muy difícil que todo termine aquí.
No esperaba rezos en su honor, demasiado miedo para digerirlo de esa manera, pero al menos, habría preferido recogimiento, recuerdo a las víctimas, algo más de humanidad. Sï, hasta con tu mayor enemigo. En esta vida, lo que das, es lo único que consigues. No hay manera de acabar con esto si una de las partes no entiende que están muriendo todos a la vez, y con ellos, un poco de cada uno de nosotros.

martes, 26 de abril de 2011

...escala seguro con valores

Los valores serían para el ser humano como aquellos anclajes que usa el escalador para ir asegurando su discurrir en la conquista arriesgada de una pared escarpada. Esos anclajes a los que va atando la cuerda que lo mantiene asegurado a la vida, la que le da la tranquilidad de dar un paso más en la dirección deseada. Mucho se ha escrito sobre los valores, y también muchos los intentos de encontrar un ramillete de valores fundamentales que fueran los que aglutinaran los más adecuados para el desarrollo correcto de una persona y su crecimiento vital en la búsqueda de su misión, pero no es tarea sencilla de conseguir. El mismo acto de enjuiciar los valores como positivos o negativos ya está destruyendo la esencia de los mismos, porque es una calificación realizada desde la opinión, y eso ya incluye una subjetividad importante. Lo que sí se puede determinar es que según sean tus valores, así serán las posibilidades de conseguir anclajes seguros en los pasos que vayas dando en tu vida. Por seguir con el ejemplo, si quieres subir a una montaña pero solo dispones de anclajes para no ir a la deriva cuando te encuentres en el mar, el esfuerzo será inútil. Es decir, debemos alinear nuestros valores con nuestros objetivos, y si descubrimos que nuestros objetivos deben cambiar, debemos también quizá trabajar en potenciar otro tipo de valores que nos permitan asegurar el paso en el nuevo sendero por el que escalar.
Debo decir que los anclajes fundamentales en el camino de la superación de barreras y la adquisición de nuestros objetivos, bajo mi punto de vista, son los siguientes:
-          Responsabilidad: Soy el responsable de todo lo que me ocurre o al menos (y no es menos importante, sino todo lo contrario) de la manera en que me afecta todo lo que me ocurre.
-          Voluntad: Cuando la motivación decae (incluso en tareas que nos gustan y nos darán satisfacciones de futuro) la voluntad nos permite dar el siguiente paso.
-          Respeto: Implica aceptación. El respeto más importante es el que siento por mí mismo. El segundo, el que siento por los demás. Si acepto la diversidad, mis defectos y mis virtudes, podré tomar distancia y renovar las fuerzas para seguir avanzando.
-          Humildad: Si el respeto te lleva a no sentirte inferior a nadie, la humildad te equilibrará para tampoco sentirte superior. La mejor perspectiva para caminar por este mundo es mirar a todos a su misma altura.
Aparte de estos valores, hay otros también muy importantes que pueden aportar unas cualidades extras para llegar al final de cualquier recorrido por mi escarpado que parezca inicialmente, son aquellos que nos aportan toda la energía que los otros nos pueden dar y que, como suele ser habitual, nos llega después de que nosotros hayamos compartido la nuestra. Son los siguientes:
-          Bondad. Es la inclinación a hacer el bien. Más allá de servidumbres implica el dominio de los valores anteriores.  Hacerlo sin esperar nada a cambio supone la mayor inversión para el éxito.
-          Solidaridad. Es el sentimiento de participación en metas con objetivos comunes para un grupo de personas. La solidaridad aporta pertenencia y vínculo, revierte en energía vital para afrontar nuestras propias misiones y da una nueva perspectiva de los problemas individuales, minimizándolos
Aférrate a estos valores y sigue avanzando con la tranquilidad de que un resbalón o una dificultad no pondrán 
en peligro tu objetivo final.

(extracto del borrador del libro sobre liderazgo personal)

martes, 19 de abril de 2011

... el potencial ilimitado te espera

Hay un potencial ilimitado en nosotros. Este potencial, que está impoluto cuando nacemos, se va reduciendo conforme nuestra personalidad va "aceptando" las limitaciones que la sociedad, las personas que nos quieren, y sobre todo nosotros mismos nos vamos creando. Estas limitaciones de potencial sobre todo responden en lo más profundo a dos miedos básicos que sufrimos, dos miedos  psicológicos: el miedo al fracaso y el miedo al rechazo.
En el fondo, son esos "no soy capaz de hacerlo", "¿cómo voy a conseguirlo si ahí casi nadie llega?" que nos vamos diciendo, o también esos "es mejor que te olvides de ese proyecto, no vas a conseguirlo" o "¿ser astronauta?, eso es una tontería, dedícate a algo más realista" que nos dicen los demás, muchas veces con la mejor intención, pero coartando nuestras posibilidades.
Podemos llegar donde queramos. De hecho, llegaremos donde tenemos que llegar, sin más. Para ello es necesario marcar nuestros objetivos (ya hablamos de ellos en un post anterior... y aunque confío mucho en vosotros estoy seguro que ni el 2% de los que lo leyeron se paró a escribirlos... y creedme, es clave en el éxito; pero la experiencia dice que a menudo nos gusta escuchar claves para mejorar, pero nos cuesta mucho llevarlas a cabo) , y luego, como menciono en ese largo paréntesis, hay que hacer lo necesario para conseguirlo. Se dice que cuando uno está dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir su objetivo, normalmente lo consigue sin tener que hacer tanto como imaginaba. Hace sólo un mes, Kobe Bryant, el mejor jugador de baloncesto actual en la NBA, ganador de muchos títulos y muchas veces reconocido como el mejor jugador de la temporada, hizo un partido horrible que llevó entre otras cosas, a la pérdida del partido. Estaba jugando en una ciudad que no era la suya, pero después de la charla de su entrenador, salió a la pista, vacía ya y con los limpiadores por las gradas como únicos espectadores, y estuvo mas de una hora tirando a canasta, en chandal, sólo. Un periodista le mandó un mensaje esa noche preguntándole por qué hacia eso, si era lo más normal tener una mala noche después de tantas noches estelares. Él le contestó con un sms que decía "yo quiero lo mismo que todos quieren, sólo que yo lo quiero más y estoy dispuesto a pagar el precio"
¿Simple, verdad? pues piensa en aquello que quieres hacer. Recuerda que tienes todo el potencial dentro para hacerlo y que si no lo consigues, será tu responsabilidad. ¿qué prefieres, triunfar o reconocer que en el fondo no lo deseas lo suficiente?

Escrito para Capazitados: http://www.capazitados.org/index.php?nota=2599

sábado, 16 de abril de 2011

...culpable

"Eres culpable y pagarás por ello". Había recorrido ya 3 manzanas más de esos bloques de edificios grises y aún esa frase retumbaba en su mente. "No podía saber nada", pensaba. Un pobre indigente, haraposo, sucio, demacrado y tembloroso. Pero el caso es que no podía olvidarlo. Esos ojos vidriosos que se clavaron en él durante todo el recorrido de la acera hasta que una voz rasgada por el alcohol rompía la armonía de sus pasos. Giró el cuello y ahí estaba, desparramado en el suelo, pero sin perder de vista su mirada.... "un loco imbécil más que ha dado esta sociedad"... pensó y siguió caminando hasta la puerta de entrada del juzgado.
El juzgado era ya como su casa, conocía las salas, los pasillos... las personas que trabajaban allí. Personas que celebraron a lo grande un puesto "fijo" en la administración y que ahora se afanaban en encontrar la mejor manera de conseguir que el tiempo pasara rápido para salir de aquella prisión sin barrotes, de aquel pacto con el peor diablo... aquel que conjugaba un sueldo decente, seguridad y comodidad; llevándose a cambio la satisfacción personal, el crecimiento profesional y el sentirse vivo disfrutando de lo que uno hace cada día. Pasó los controles, avanzó a la sala y comenzó el juicio. Todos lo respetaban.. era el juez. Pero aquella noche, al volver de casa, triunfador de nuevo ante todos aquellos que lo reverenciaban a su paso,  le confesaría a su mujer, que quizá no el juez, pero si el hombre, también era un culpable mas.

jueves, 14 de abril de 2011

...el ultimo miedo dejó mi casa

La vida avanza veloz mientras el sol sale despacio. Las luces de los coches dejan estelas centelleantes cuando la luna se despide de todos. Amanece y las puntas de aquellos palacios señoriales se encienden como velas en un apagón al roce de los primeros rayos de luz. Las personas corren por el simple placer de correr; yo también. Y cuanto más corro, mas lenta va mi vida, más tranquila, más pausada. Es como esa cámara que graba a alta velocidad, para que luego todo se pueda ver con una lentitud extraordinaria. Mi corazón cada día late más fuerte, pero más pausado. Mis pulmones cada vez respiran con mas energía, pero menos frecuente. La vida comienza a tener esa perspectiva del niño donde una tarde era un abismo donde el tiempo prácticamente no avanzaba. Tiempo suficiente para convertirse en estrella del fútbol, pirata y ciclista de triciclos a reacción... todo sin tener aún ni que ir a casa a cenar.
El miedo termina en ese momento donde uno no teme que algo tan bueno se pueda acabar. Es él último miedo. Ese que queda cuando todos los demás perdieron su sitio expulsados por la armonía y la felicidad. Cuando ya todo lo bueno copa cada momento, sólo le falta recoger al miedo a que todo acabe; hacer las maletas y salir también por la puerta de atrás. No me quedan miedos morando en la casa de mi felicidad. Alguno que pasa por fuera de vez en cuando se asoma a mi ventana y golpea despacito, pero yo le sonrío y le invito a caminar... a seguir buscando alguien que lo quiera cobijar. La felicidad no se puede vivir dudando de su fecha de caducidad. Es ese miedo es que termina pudriéndola pues cualquier atisbo de sabor amargo nos lleva a justificar que llegó el momento de tirarla y no tomarla más. La felicidad es atemporal. ES. Miro las gaviotas, esa arena dorada de las playas de Estoril una mañana cualquiera y me pregunto por qué hacía solo media hora me costaba tanto despertar para venir aquí a trotar. Seguro que alguno de esos miedos convenció a la pereza y quisieron librarme de esta oportunidad. No me puedo creer que si quiera pudiera dudar levantarme viendo ahora mismo este espectáculo de la naturaleza. No pienses tanto, no pienses cómo es posible que estés tan bien y cuándo se acabará. Siente el latido del corazón, siente la vida que te da, siente que ahora mismo nada puede hacerte daño...sigue dando pasos y disfrutando...

(fotografía de flickr.com "la puesta de sol de europa")

miércoles, 6 de abril de 2011

...los discapacitados tienen ventaja

Si, el título puede sonar polémico, retador, o simplemente absurdo, sobre todo teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos y la poca adaptación del medio (y de algunas personas ancladas en otros tiempos) que los que tienen alguna discapacidad sienten alrededor. Nada más lejos de la realidad, el título si es cierto que es un poco retador, pero tiene todo el sentido.
Vivimos en una sociedad donde la mayoría de las personas son incapaces de afrontar los retos. El motivo es simple, nunca aprendieron a hacerlo. Desde pequeños nos han dado todo hecho, nos han enseñado a pedir y poco a trabajar para conseguir lo que queremos. Además, en una sociedad tan estructurada siempre se pretende que el liderazgo se ceda a ciertos grupos de poder (políticos, banqueros...etc.) y en contraposición, para calmar ese poder interior que todos tenemos, nos enseñan a quejarnos... a quejarnos por todo. Nos dicen "por supuesto, usted puede quejarse... está en su derecho. Quéjese y veremos qué podemos hacer". Es decir, nos dejan quejarnos a cambio de algo mucho más importante, a cambio de cederles (en nuestro subconsciente) la responsabilidad de todo lo que pasa en nuestra vida.
Luego, cuando en la etapa adulta necesitamos enfrentarnos a retos personales, la mayoría, faltos de práctica y de la capacidad para canalizar su fuerza interior caen en lo que se denomina (Brian Tracy acuñó este término) "El valle de las excusas".
Imaginad una montaña que vais subiendo, y de repente llega un acantilado. Abajo hay un valle. En el otro extremo del acantilado está vuestro objetivo soñado (dejar de fumar, emprender un negocio, ponerme a hacer deporte para tener salud y sentirme bien....) . Deseamos mucho lo que está al otro lado, pero no estamos habituados a tomar la responsabilidad y no damos el salto lo suficientemente fuerte, no lo hacemos con convicción... y caemos al valle. Allí nos quedamos... tranquilos, poniendo excusas para justificar que no fuimos capaces (es que mi trabajo es muy estresante y tengo que fumar, es que con lo que he reducido ya lo que fumo no me afecta, es que para una cosa que me calma .....es que, es que... es que).
Los discapacitados también tienen este problema, pero dentro de un mundo de dificultades evidentes, tienen una gran ventaja. Siempre han tenido que luchar. Siempre han tenido que afrontar los objetivos con más fuerza interior que el resto para llegar a salvarlos. Siempre han necesitado impulsarse más para conseguir dar ese salto por encima del valle de las excusas. Hay un potencial interior que no se queda en el aspecto externo y que canalizado puede llevar a la vida más plena jamás soñada. Como dijo Stephen Hawking  (os recomiendo que busqueis en Wikipedia su biografía) cuando recibió uno de sus galardones en física "¿Qué mas le podría haber pedido a la vida?".

Escrito para Capazitados. org: http://www.capazitados.org/index.php?nota=2570

(Fotografia de wikipedia)

lunes, 4 de abril de 2011

... es muy cómodo

Es cómodo pensar que otro tiene que solucionarme mis problemas. Uf, ¡qué descanso! Sólo es necesario ir cada cuatro años a una pequeña cámara cerrada, coger un papel (en muchos casos prácticamente al azar porque tampoco nos importa demasiado leer esos aburridos papeles donde esos señores ponen lo que en teoría harán si ganan) y meterlo en una urna de metacrilato.
Después de eso, poco más, alegrarme si el que salió finalmente es el mismo que yo puse en el sobre (no por nada demasiado concreto... básicamente porque a todos nos gusta ganar en algo, y esto es como una pequeña lotería... sin regalo, eso si), o enfadarme brevemente si no predije al vencedor... y esperar.
Sí, esperar, porque ese señor es el responsable de mi felicidad. Todo lo que me pasa es por su culpa. Si no tengo trabajo, si mi trabajo no está muy bien pagado, si ahora con ese sueldo no puedo viajar, o si están quitándome de fumar en mi bar preferido. Todo lo que me pasa es culpa suya. ¿Yo? pobre de mi. ¿Qué puedo hacer yo? Si soy sólo una hormiguita, yo nada puedo hacer. Estoy a la merced de ellos. Sí, es realmente cómodo.
¿Nos ponen fácil hacer algo diferente? Pues está claro que no. Es cierto que desde pequeños nos han condicionado para que los éxitos sean puramente nuestros, y los fracasos culpa del de al lado. No hay más que ver a cualquier persona que tiene un tropezón por la calle (y se ha realizado como experimento), lo primero que hace es mirar si hay alguien cerca a quién culpar de la situación. Cuando lo encuentra, se queja, dice que podría avisarle, si tiene ropa de construcción le dice que si él es el responsable de arreglarlo, si la ropa tiene siglas de una empresa colaboradora del ayuntamiento dice que la culpa es del gobierno que no destina dinero a esas cosas importantes. Si por el contrario no pones a nadie cerca de la escena; el señor mira atrás, ve el socavón, se ríe de su torpeza y sigue andando.
Esto nos pasa en todos los ámbitos de la vida. Es más sencillo ceder la responsabilidad de nuestras vidas a otros que a nosotros mismos, es muchísimo más sencillo vivir en la miseria quejándose de la incompetencia de otros, que tomar la decisión de revelarnos contra ella y trabajar al máximo por superarla, sabiendo que podremos errar muchas veces y tendremos que levantarnos y seguir... y que todo será responsabilidad nuestra.
Si se demuestra que es posible mantener nuestra libertad, nuestra más básica capacidad de elegir cómo nos puede afectar cualquier cosa, desde un cumpleaños a una estancia en un campo de concentración, ¿cómo podemos renunciar a la libertad que conlleva la responsabilidad de nuestras vidas? ¿De verdad es eso todo a lo que aspiro como persona? ¿Quedarme sentado quejándome en el sofá? Es cómodo, pero tengo que decirte que no es real. Tú eres el único responsable.

(fotografia de friki.net)

martes, 29 de marzo de 2011

... piscina de cocodrilos

Un día, en una fiesta de un famoso millonario, de repente se paró la música y el anfitrión se dirigió al escenario donde la orquesta amenizaba la velada. Dijo a los asistentes:
- Hola a todos amigos, os tengo que decir que he decidido dar toda mi fortuna, todas mis propiedades y todos mis barcos. Mi vida ha sido larga, provechosa, pero creo que es hora de ceder el testigo y hacer que alguien más joven viva una vida llena de posibilidades. Una vida provechosa.
- Pero esa concesión no será gratuita -siguió diciendo. Para conseguirla, será necesario que uno de ustedes consiga atravesar de punta a punta esa piscina que ven al final del jardín. Por favor, acérquense todos a ella.
- Esa piscina que ven está llena de cocodrilos hambrientos. Quien consiga ir de una punta a la otra, salvando la dificultad de los cocodrilos, habrá demostrado su arrojo, su pericia y su capacidad de superar dificultades, tal como hice yo en mi vida a lo largo de estos años, y será merecedor de mi fortuna.
Se hizo un profundo silencio entre los asistentes, que en ese momento ya rodeaban todos la piscina, con mucho cuidado de no asomarse demasiado, pero viendo claramente los cocodrilos atravesar de lado a lado una y otra vez, pero nada ocurría... y pasaron unos minutos.
De pronto, alguien con su traje se lanzó repentinamente a la piscina desde uno de los extremos. Comenzó a nadar y los cocodrilos se avalanzaron sobre él. Luchó, se movió lo más rápidamente que pudo, esquivando a los cocodrilos, apoyándose en sus lomos para impulsarse aún más... sintiendo como sus colmillos a veces conseguían destrozar trozos de su traje de gala. Siguió peleando, sumergiéndose y luego emergiendo con fuerza, apartándose a los cocodrilos, hasta que consiguió llegar al otro extremo y salir extenuado de la piscina. La ovación de todos los asistentes sólo era comparable a sus gestos de profunda admiración por la hazaña. El millonario le hizo gestos para subir con él al escenario, y él, aún jadeando y cubierto por una toalla que le acababan de dar, subió al mismo.
- Ha sido impresionante -dijo el millonario-, es usted digno merecedor de toda mi fortuna. Dígame, ¿ cuándo quiere que hagamos el traspaso de mis propiedades a su nombre?
- Si le digo la verdad, no sabría muy bien que hacer con tantas mansiones, soy una persona humilde y vivo tranquilo en mi casa, me siento feliz y no necesito nada más grande ni lujoso - contesto el  aún exhausto vencedor.
- Está bien caballero, en ese caso: ¿A qué cuenta quiere que destine toda mi fortuna? -le consultó el millonario.
- No se preocupe, tengo un buen trabajo y no necesito más dinero, si le parece bien, déselo a otro, yo no lo quiero -dijo de nuevo el héroe de aquella velada.
- Me tiene usted impresionado por su postura filantrópica tras haber realizado tanto sacrificio - contestó el millonario. De todas maneras, dígame al menos ¿Dónde debo amarrar toda la flota de barcos que ahora le cedo?
- Disculpe si esto le ofende, pues no es mi intención, pero realmente no querría sus barcos. Soy hombre que con una puesta de sol desde una costa cualquiera siente la mayor de las alegrías, y prefiero seguir disfrutándolo de esta manera. Lo otro sería demasiado, no me sentiría yo mismo- contestó de nuevo el intrépido nadador.
- Está bien -contestó el millonario anfitrión. Entiendo que quizá no he sabido ofrecerle algo para lo que su valía merece, pero un hombre como usted, después de tamaña hazaña deseará alguna cosa. ¿Dígame por favor, ¿cuál es su mayor deseo?, ¿qué es lo que más quiere?

- Me encantaría saber quien ha sido el hijo de puta que me ha empujado a la piscina.

Moraleja: Algunas veces para darnos cuenta de todas nuestras tremendas capacidades necesitamos un empujoncito, aunque venga a veces de un hijo de puta.




(fotografia de podestecuenta.blogspot.com)

lunes, 21 de marzo de 2011

...define tus objetivos

En la anterior entrada decíamos que Aceptar es el primer paso. Un paso fundamental y que puede marcar el inicio de todo. Muy bien, pero ¿Que viene después?
Tenemos dos opciones fundamentales, podemos comenzar pensando en nuestro potencial interior (y lógicamente en el conjunto de limitaciones que debemos saber reconocernos para poder superarlas y liberar toda la capacidad que realmente tenemos) o podemos también comenzar pensando en el objetivo final. A mi me gusta mucho más esto último. La mayoría de las personas necesitamos una meta para ponernos a caminar, necesitamos objetivos que definan la dirección, y si simplemente se centran en todo aquello que tienen como potencial, pero tardan en definir el objetivo, suelen quedarse estancados y frustrados, y muchas veces terminan aceptando que el devenir de sus vidas no está dentro de ellos, no son ellos quienes lo marcan, sino que son agentes externos (la hipoteca, la factura, la relación, la ruptura... la situación laboral) los que dirigen.
Por tanto, centrémonos en los objetivos. ¿Qué quieres...( y aquí puedes poner... ser, hacer... tener... puedes poner el verbo que quieras)? ¿Estás pensando en eso?...¿no?... pues que sepas que ese es el error que comete la mayoría de las personas que se sienten insatisfechas con su vida, nunca piensan en los objetivos que quieren marcarse en su vida. Ah.. si... lo estás pensando... ¿Y no lo estás escribiendo?... pues que sepas también que de los pocos que piensan en sus objetivos, la mayoría no llega nunca a ponerlo sobre un papel, y curiosamente, son las personas que escriben sus objetivos los que posteriormente se descubre que han sido los que con en más porcentaje los han conseguido.
Acuérdate de la motivación (motivo+acción) y si tienes ganas de marcar objetivos, ¡actúa!, escríbelos ahora mismo. Te doy una regla básica para poder hacerlos: SMART (como sabes, significa inteligente en inglés), pero tambien: S (Specific - específico : Que sea concreto y explícito), M (Measurable - medible: Tienes que poder medir de alguna manera si el objetivo lo has conseguido o no), A ( Achievable - alcanzable: Tiene que ser exigente, pero lo suficiente para que con los recursos y capacidades actuales lo puedas conseguir; recuerda que la vida es un camino... y los objetivos los iremos incrementando en dificultad poco a poco), R (Realistic - realistas: Como decíamos anteriormente, capaces de llevarse a cabo con un esfuerzo bien evaluado) y T (Time bound - limitado en el tiempo: Hemos de darle fecha al objetivo, cuando comenzamos y cuando deberemos haberlo realizado... de no ser así.. o nunca lo empezaremos, o nunca tendremos la presión por llegar a la meta de cumplirlo).
Reflexiona un poco sobre lo que quieres, define los objetivos siguiendo estos pasos, y ponlos por escrito. Habrás dado un nuevo gran paso adelante en la consecución de aquello que quieres. Dentro de muy poco analizaremos que capacidades tenemos dentro de nosotros para poder conseguir todos los objetivos que nos marquemos, uno tras otro.

Escrito para Capazitados.org: http://www.capazitados.org/index.php?nota=2519
(fotografia de definanzas.com)