sábado, 10 de noviembre de 2012

...Suspiro

Porque todo tiene su lugar hoy respiro y me dejo llevar. Fluye la melodía de suaves acordes en mi mente, tomando un pincel imaginario que traza gruesas líneas de textura desigual. Firmes y marcados esbozos de nada comparado con la realidad. Música escondida tras el quicio de la intuición, sabes que está ahí pero no sólo no la ves... tampoco la oyes, pero sí; sabes que está.

Llega la armonía a inundar tu propio ritmo, lo hace bajar, sosegarse, se templa con el diapasón de la tranquilidad. Esa que vives cuando vuelves a casa, dejas la maleta en el suelo, y te sientas en el sofá. Esa que te llega cuando aquella persona te llama diciendo que está bien. Esa que acompaña el beso de una madre tras semanas si poder compartir risas contigo. Sosiego, paz interior, felicidad.

Y parecerá extraño, difícil, increíble; pero todo comienza con una respiración. Aire imperceptible que llena tus pulmones en la cantidad necesaria, con la velocidad que tu vida, tus acciones, tu pasado, aprendió a calibrar. Esa velocidad que no duele, pero se hace notar.
Respiro una vez más, ya consciente de que ella me llevó hasta allí, y que ahora, sólo queda disfrutar. Mareas de sensaciones llegan a la orilla de mi corazón, lo acarician suavemente, y se vuelven atrás. Cabalgan de nuevo, esas olas caprichosas, contándole a sus amigas que rozaron una orilla cálida, firme, honesta que se deja dar cariño... tanto como lo da. Y las olas miran al cielo suplicando una ventisca que les haga llegar antes, adelantando a las que van primero, para poderlo saludar. El cielo está sonriendo, despistado, a una nube juguetona que hacía cosquillas a la luna... una carcajada suya provocó cierta corriente y las olas se afanaron en exprimir el silbido como si fuera la vida lo que se escapaba por él. Tocaban orilla y volvían, una vez tras otra, replicando a una brisa que no era nunca tal, sino sólo el suspiro de un joven que, de nuevo, en los brazos de una diosa, atracaba su velero y salía a pasear.

martes, 10 de julio de 2012

... el canto a la revolución

El sol cuece el verde de las rejas de mi ventana. La pintura, fiel compañera del acero en todos estos años, ahora se resiste a licuarse y deslizarse por la pantorrilla del barrote. Utiliza el sol para hacerse más rígida...y también más frágil. Cambia su plasticidad por una capa delgada y crujiente, confiando en que ningún pájaro despistado ni ningún humano travieso decida desahuciarla de su morada.
A lo lejos, una visión desenfocada por el fuego de la tierra. Un aliento incendiario de surcos de piedra, tiempo atrás frondoso jardín. El verano llegó a todos, aunque aquí siempre llega antes. Nos avisa de lo que viene para que seamos embajadores, para que vayamos diciendo al resto que se vayan preparando. Siempre ha sido así, y esperemos que siga siéndolo. El código de barras de la persiana da una tregua con su sombra, pero deja entrar un aire cálido y seco, que juega con el ventilador y caldea tu piel rosada mientras parece que sonríe.
Oigo el cantar del gorrión. De ese gorrión que me saluda cada mañana desde el pico de mi balcón. Ese que me mira en las horas frescas mientras come pacientemente, y que desaparece en las calurosas como aquellos amigos falsos en tiempos de problemas. Hoy, a pesar del infierno con el que el sol nos somete, ha decidido cantar. La libertad de la naturaleza frente a los elementos, de esa individualidad frente a la unidad que somos todos. Arriesga en el empeño, pues las fuerzas a esta hora no le deben acompañar. Su canto refresca mi tarde mientras templa mi corazón. Espero que mañana mi viejo amigo me visite y me cuente con su mirada a que se debió este canto a la revolución.

miércoles, 20 de junio de 2012

...No es envidia

Sí, ya sé que todos te dicen que es envidia, pero yo no estoy de acuerdo. Es muy fácil contestar eso para no enfrentarse a ti. ¿Qué quieres que te digan? Tú, con esa arrogancia creciente, vas y les dices: "últimamente hay conocidos que critican lo que hago, luego se enfadan porque yo les suelto algún improperio, y acaban dejándome de lado". ¿Realmente esperas una respuesta sincera? ¿Eres tú el que pregunta, o tu culpabilidad y aturdimiento? ¿O quizá tu ego? Te supongo más inteligente que todo eso, pero por esa misma razón, tengo que decirte que no, por mucho que te digan los demás, los que te abandonan no lo hacen por envidia. Lo hacen porque te has vuelto una persona insoportable, una caricatura de quién soñabas ser, un reflejo en un cristal roto de quién yo pensaba que llegarías a ser. Es el momento, tú momento. No el momento de ese ogro de dos metros que cubre todo tu ser con una carcasa metálica, ese que solo te dejó un leve resquicio por donde expulsar veneno; sin el momento de esa persona que un día perdió su identidad.
No me digas que eres tú, que realmente eres tú, no es momento de reír, y a mí es lo único que me queda cuando me dices que estoy equivocado. A mi me da igual estar equivocado. No, en realidad, me encantaría estarlo, porque no me juego nada en ello...ni siquiera tu amistad. Nunca fue mía, sólo la tenía prestada, y puedes llevártela cuando quieras. Es más, hace mucho que no es amistad, sino una limosna de nuevo rico. Esa te la quedas. No se van por envidia. Huyen porque no hay quien te aguante. Pero yo no me voy, yo me quedo para recordártelo.

fotografía de taringa.net

miércoles, 13 de junio de 2012

... Vida sin recompensa II

... Continuación de ... vida sin recompensa

El salón a la mañana siguiente era el vivo retrato de la desolación. La luz se empeñaba en colarse por los resquicios de la persiana y dibujaba unos barrotes brillantes sobre su cara. En ese momento, con la lengua pegada al paladar, el estómago ardiendo por la úlcera de fumador (de fumador pobre, entíéndase) y la ropa del día anterior aún pegada a su cuerpo por efecto del sudor, habría preferido barrotes auténticos en pleno Alcatraz antes de sentir el resplandor y ese calor atravesando sus párpados.
Pero tenía que levantarse, el sofá nunca ha sido el lugar de descanso de un hombre respetable y aunque él no lo era, nadie más tendría qué saberlo. Johanna, la única belleza asiática al alcance de su bolsillo, vendría en breve para tratar de poner orden en aquella pocilga mal llamada hogar. Si, era la empleada del hogar. Otras bellezas asiáticas habían pasado por allí cuando la destrucción se instaló en el fondo de su alma, cuando la fe en el amor se fue arrastrando tras un tacón rojo de diez centímetros, cuando el sexo parecía una buena alternativa hasta el preciso instante en que se terminaba...y volvía la realidad. Otros tiempos y, como antes mencionaba, otro bolsillo para pagarlo.
Tuvo el tiempo justo para entrar y salir del baño cuando la cerradura de la puerta le avisó de su llegada. Johanna mostró esa sonrisa madura de alguien cuya vida no ha tenido reparos en maltratar sus facciones, pero que aún conserva esa belleza felina reflejada en unos ojos brillantes y una boca que parecía perfilada por el mismísimo Miguel Ángel. Se acercó, le saludó, y le dejó sobre la mesita de su izquierda una carta cerrada sin sello ni remitente. Hugo al principió ni la miró, más preocupado por ocultar una cama sin deshacer ante la media sonrisa de ella, pero luego no tuvo más remedio que agarrarla y entender que una etapa más de aquella pesadilla llamaba a su puerta para hacerle más jodida aquella mañana de resaca.
"Tu tiempo se acaba. No olvidamos"
Ahora es cuando realmente se dio cuenta de lo que dolía su úlcera de estómago.

miércoles, 6 de junio de 2012

... Vida sin recompensa

Hacia calor en aquella ciudad, en aquel barrio, en aquella habitación. El sudor transitaba por su frente y el humo del tabaco disfrazaba las gotas con una densa niebla. Humo y más calor aún. La garganta seca y poca agua...y demasiado alcohol. Una noche de esas donde él se obligaba a escribir, o más bien a deambular por delante de aquella vieja máquina, esperando que una fuerza sobrenatural comience a impulsar los dedos hacia la tecla adecuada.
El marco con la foto de ella aún quedaba cerca, pero esos ojos azules y ese vestido rojo miraban hacia la pared. No se atrevía a guardarlo en el cajón, por si fuera cierto aquello de que los tesoros más valiosos son aquellos que al guardar, al dejarlos de disfrutar, pierden todo su valor. Tampoco podía mirarla cara a cara.... todavía no.
Recordaba buenos tiempo, entre calada y calada, y se preguntaba por qué si recordaba lo bueno le venía un sabor tan amargo. Era el gusto de lo perdido, de ese caramelo deseado que nunca llega tras el postre, de ese helado que termina en el momento que más lo saboreas, de ese amor destrozado por un sueño.
Noche de sombras y humedad. Oscuridad sin misterio, madrugada sin hadas. Dolor perenne mientras la efímera vida de un cigarro se agota. Vida sin recompensa.

fotografia de  sociedadpoetasanonimos.blogspot.com


martes, 29 de mayo de 2012

Con ganas de vivir y soñar

Hoy la noche estaba cerrada, nubes invisibles y luna escondida. El cielo negro se rompía en el cristal del coche con el destello de las farolas al entrar en la ciudad. Demasiado cansado para pensar. Atrás quedó el esfuerzo, los nervios, las risas, las celebraciones... todo. Ahora es el momento de llegar. Demasiado cansado hasta para dormir, demasiado agotado para salir a pasear. Las luces van pasando, es la única señal de movimiento en esta larga carretera oscura... donde el que pasas eres tú realmente.
Cansado y pensando cuántas veces nos empeñamos en sostener que todo pasa a nuestro alrededor, cuando la mayoría de las veces todo se mueve a una velocidad mucho más lenta que nosotros. Veo mi faro al final. Aquel donde enfoco mi mirada y mi vida cada vez que necesito encontrarme, aquel que tras alegrías o tristezas, tras aventuras o tedios acaba volviéndome a la única realidad. El paso del tiempo es un regalo, la sensación de que pasa una condena. Los días que se viven sin sentir que pasaron, una bendición tan escasa como nuestra propia mísera existencia. Una vez más llegué sin darme cuenta de que iba viniendo, sin darme cuenta del camino...una oportunidad más perdida de reconocer que vivía y no soñaba. Ahora si puedo ser plenamente consciente, y soñar.

Fotografia de franciscoacuyo.com

martes, 22 de mayo de 2012

...rencor y culpabilidad

Llegan a mis oídos tus falsas justificaciones y sólo siento pena. Pena porque yo hace tiempo que también estuve allí. Hace tiempo que me costaba admitir la parte más oscura, hasta que pude entender que es imposible brillar si no aceptas como tuyo ese lado más oculto. Sólo reconociéndolo puedes destinar energías a brillar aún con más fuerza, a desequilibrar esa lucha que todos jugamos contra nosotros mismos.
Me llegan de muchos sitios, señal que andas preocupado. Preocupado por el qué dirán y por lavar una imagen que ya no responde ni ante un tratamiento de lejía. Con esa pequeña parte de lucidez y humanidad que también posees, eres capaz de percibir el efecto vano de tus palabras. Porque la credibilidad no se gana, te la tienen que regalar. Porque la verdad es sólo una opinión de una realidad dicha por alguien de cuyas lentes te fías. Y la confianza que los demás depositaron en ti es un reloj de arena con la base destrozada...es sólo cuestión de tiempo que se quede a cero.
Me cuesta rememorar las sensaciones, y deseo con todas mis fuerzas, y con todas las interrogantes también, que cada día me cueste más recordarlas, pero me apiado de ti. El estómago se te encoje y tratas constantemente de decirte que no deberías, que llevas razón, que está justificado. Tu corazón late fuerte porque lanzas mentiras disfrazadas de verdad, porque muestras una calma aparente cuando ardes por dentro. Sientes rencor y culpabilidad por aquello que tú sabes, porque no sólo actuaste mal, sino que lo hiciste sin traicionarte, y eso de puertas afuera no se puede justificar. Porque eras tú, tú realmente, el que se mostraba en ese momento, y camuflarlo es imposible... y ahí es cuando tu voz comienza a temblar. Cuando reconoces que la parte que te dirige es la del mal.
Rencor y culpabilidad. Una herida abierta que nunca dejará de sangrar. Una herida que aunque ocultes se refleja en los ojos de los demás. Tengo que respirar dos veces lentamente, para que ese demonio interior que todos tenemos, despertado por el sonido de dos palabras tan atractivas para él, vuelva a retozar en la cama de los sueños malvados. Ahora que está dormido aprovecho para decirte que te deseo lo mejor. Te deseo que aceptes quién eres y vivas oyendo tu corazón. Que dejes alguna vez de destrozarte en la bilis que tu mismo generas, que encuentres la paz. Ese día... nos cruzaremos por el mismo parque.

fotografía de todosobrelossuenos.blogspot.com

martes, 15 de mayo de 2012

...un motivo para correr.

Cuesta correr sin motivo. Es casi imposible si no eres Forrest Gump. La buena noticia es que hay muchos motivos por los que correr. Habitualmente la meta no se encuentra al final de la carrera de ese día, sino que es una mera etapa, una necesidad, un paso previo que la mayoría deben dar para poder disfrutar de una carrera final. Hay personas que corren por placer, pero también tienen objetivos en los que apoyarse: estar en forma, disfrutar del paisaje, tomar el aire tras una jornada encerrado entre cuatro paredes.
En la vida también cuesta salir cada día sin motivos. Necesitamos uno, si puede ser bueno, si puede ser basado en la emoción, uno de esos que erice el vello y no encoja el estómago. Si conviertes cada día en una etapa más de la carrera final, el día que te toque la prueba definitiva, serás un ganador. Porque todo corredor sabe que en pruebas tan importantes, ya ganas si eres un finisher.

Fotografia de blogs.runners.es

miércoles, 9 de mayo de 2012

... se te ve feliz

No, no es lo mismo estar contento que ser feliz. Eso que quizá todos sepamos, no todos lo tenemos en cuenta. El otro día cuanto te vi, tú estabas feliz. Yo te he visto contento muchas veces, pero feliz..no tantas. Hasta yo me había convencido que eso que habitualmente demuestras debía ser felicidad, pero no, tan sólo estabas contento. Y a ratos, sólo a ratos. Ahora proyectas algo diferente, una jovialidad interior, una inmadurez en los ojos, una frescura en los movimientos que me demuestran que estás un poco más vivo de lo que estabas ayer. La vida es eso que nos vuelve del revés cada cierto tiempo mientras nosotros andamos ocupados, empeñados en controlar lo incontrolable. Ahora que estás feliz, y que yo sé como es tu cara en esos momentos, tú puedes aprovechar para darte cuenta de que esa felicidad no te ha llegado por la mayoría de las cosas que haces cada día...posiblemente, ni siquiera todas esas cosas tuvieron una mínima incidencia que la consiguieras. Piensa si quizá te ha llegado cuando más fuerte renunciabas a ella, o quizá cuando de verdad lo dejaste correr y esperaste a que fuera algo superior  lo que decidiera. O mucho mejor aún, disfruta sin pensar, porque sin pensarlo llega. Disfruta sin pensar porque como te empeñes en darle vueltas, lo mismo se va.

Fotografía tomada de gisellejebus.blogspot.com

miércoles, 2 de mayo de 2012

La sal me sentó mal.

Seguramente fue la sal. Nunca me ha sentado bien la sal que se toma con el tequila. Seguro que me habría sentado mal hasta aquella que Salma Hayek deslizaba en su cuello mientras mordía por el otro extremo una rodaja de limón, queriéndose hacer la más mexicana y la más sensual al mismo tiempo frente al decimocuarto presentador de televisión que le hacía la misma broma. ¿Y que hago yo ahora pensando en Salma...?
Lo cierto es que el limón me encanta, así que tuvo que ser la sal. No creo que la boca reseca y el dolor en el hígado sea del tequila, que va. Si, siempre me ha gustado el limón, pero esto ya lo he dicho, ¿no? uffff.
Sería genial que recordara un poco más de anoche, mas que nada por no parecer demasiado imbécil ante esa forma sinuosa que se esconde bajo las sábanas."Esteee, tú.. sí, claro... claro.. si me acuerdo de todo. ¿te he contado lo mal que me sienta la sal? ". Patético. Más aún. Y si no fuera por la resaca recordaría una palabra aún peor que patético...pero creo que tengo a todas las neuronas tratando de despegar la lengua del cielo de la  boca. Joder,¿terminé la fiesta tomando un tubo entero de "super-glue"? Para colmo miro alrededor y todo me resulta familiar; vamos que estoy en mi piso. Si estuviera fuera podría salir sigilosamente dejando una nota no demasiado patética...¿cómo coño era esa palabra peor que patética? Pero no, no me puedo ir. Y si me voy con la excusa de bajar por algo puede que venga a las 10 de la noche y todavía está aquí... bueno no, a las 10 de la noche ya se habrá ido, pero eso también sería bochornoso... ¡Eso, bochornoso!.. a mi siempre me pareció mucho peor que patético. ¿Será una señal de que se está pasando este dolor de cabeza, o sólo un brindis al sol de mi neurona ahora que acaba de rendirse de despegar mi lengua? Tal vez podría ganarme la vida haciendo de mudo y enseñando la lengua pegada ahí arriba. Los altavoces del circo dirían "Pasen y vean al hombre cuya lengua quedo pegada a su paladar por los efectos de la sal". Patético... no.. peor. Cómo era esa palabra... ¡Joder, ya la he olvidado de nuevo! Venga va.. métete en la cama de nuevo. Pero, si no recuerdo ni su cara. Y si se vuelve y es... no no no...no quiero ni pensarlo. Otra noche gloriosa. debió de ser la canción de "Foot loose"... siempre me afecta cuando estoy bajo los efectos de la sal. No la vuelvo a tomar, ni con las palomitas.

martes, 24 de abril de 2012

¿Trabajarías si no fuera necesario?

Quizá por casualidad, o posiblemente por el cambio de rumbo laboral que ha dado mi vida, últimamente me veo en muchos debates donde el tema principal del mismo es ¿trabajarías por placer? En paralelo ha surgido esta noticia donde en suiza se debate un sueldo de 2000 euros para todos los ciudadanos. Partiendo de que eso en España es similar a unos 600€ y que no estoy seguro que se lleve a cabo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Si tuvieras dinero, no sé.. pongamos 900 euros al mes, que te diera para lo justo (alquiler, comida, medico.. poco mas), trabajarías solo por placer o conseguir mas dinero?

Es difícil, al menos para mi, plantear una pregunta que centre bien el tema, porque está claro que al poner una cantidad todos valoraríamos nuestra situación actual y veríamos si es suficiente o no, pero yo quiero ir más allá. ¿Podemos hacer una sociedad donde el consumo se realimente y el motor de la misma sean las personas que quieren realmente una vida por encima de la media, una vida mucho más lujosa o que quieran ofrecer algo especial a su familia y descendientes? ¿Se hundiría el sistema porque nadie querría trabajar para esos que quieren ganar más? ¿Se crearían "guetos" de trabajadores frente a una población que no trabaja y solo consume lo justo? ... Da para mucho debate... quizá vosotros tengáis la solución. Os escucho.

Foto obtenida de piezacoleccionista.blogspot.com 

miércoles, 18 de abril de 2012

...sin avisar

Fue hacia la puerta en pijama casi de forma automática al sonido del timbre, como aquellos perros de Paulov salivando en una esquina por el mero sonido de una campañilla, sin nada que echarse aun a la boca. "A esta hora será el cartero". Fue lo único que podría recordar después, mas allá de un puñado de inconexas percepciones. Un zumbido intenso que le rompía el alma cuando la puerta saltaba por los aires, un dolor descomunal que casi de inmediato desapareció para no sentir nada...aunque se mantuviera la conciencia de un terrible daño, posiblemente mortal,  aún presente en su cuerpo. Un aire irrespirable lleno de polvo, barniz y muchas virutas de madera. Un sombra y una tenue visión de una figura negra encapuchada. Unas botas destrozando los últimos resquicios de la puerta. El olor de la sangre que salía de su propia nariz. "No entiendo nada" le decía su mente a ese cuerpo maltrecho, pero en el fondo sí que entendía. En lo más profundo sabía exactamente lo que estaba ocurriendo. Aquello que su subconsciente imaginó tantas veces y lanzó al exterior, y su mente consciente capturó antes de que supusiera un problema para la razón. Hoy el día había llegado. Ellos también. Como se les esperaba...sin avisar.

miércoles, 11 de abril de 2012

...buscandole un sentido

No sé qué sientes.. solo sé que no es lo que te gustaría sentir. La vida se empeña en ponernos a prueba mientras las personas nos empeñamos en decir que todo sucede por una causa. ¿Es que la causa final es simplemente pasar pruebas? Y entonces: ¿quién dejar de vivir? ¿aquel que no se atreve a pasarlas? ¿aquel que desde el principio buscó la salida más fácil para evitar encontrarse con ellas...aunque eso sea totalmente imposible?

Pues no. Nadie se libra. Todos estamos obligados a vivir. Es sólo que nuestro corazón es el que nos da la vida y también el dolor. No vivimos por el corazón de otro, ni tampoco sufrimos al mismo nivel que éste pueda sufrir, aunque lo queramos con locura. Quizá por fortuna, por la fortuna de no acumular corazones y pruebas y sufrimientos, quizá un respiro que nos dieron... vivir solamente una vida, y no la de los demás,  por muchas pruebas únicas que nos tenga reservada.

El corazón sigue latiendo y nosotros decidimos. El dolor es imposible de evitar cuando viene, pero sí podemos evitar el sufrimiento. Sufrir es atender a un dolor y tratar de buscarle su sentido. Es como mirar a los ojos de un niño y pretender conocer lo que piensa. Sufrir es una opción. Optemos por no sufrir.

Todo parece tan similar, pero es tan diferente. Yo sólo sé que tengo la solución para hoy. Para mañana... quizá también. Para pasado mañana.... ¿es que llegará alguna vez? Seguiremos el plan marcado y diremos que todo ocurre por una causa. Si eso no fuera así, quizá simplemente no acertamos a encontrar la causa correcta. Tal vez, en algún lugar, alguien ríe abiertamente mientras lanza unos dados con tu cara y la mía. No me importa seguir danzando con forma cúbica al ritmo que él me mande, siempre que de vez en cuando tu cara de as choque durante un instante con la mía.

viernes, 23 de marzo de 2012

...él, María y un gato.

Él estaba sentado en el suelo, como cada tarde. Medir escasamente ochenta centímetros te permite obtener una perspectiva muy particular de la vida, y más aún si estás sentado en el suelo. Al poco rato María, la vecina de al lado, salió de su casa y se dispuso, con paso un poco precipitado, a cruzar al otro lado de la calle buscando la parada de autobús. Los tacones marcaban un ritmo de paso ligero militar, y la linea trasera de las medias indicaba un camino oscilante que se perdía en los pliegues de su falda marrón. Tenía las suelas gastadas, pero la piel del zapato brillaban como nuevos. El olor que dejaba a su paso le hizo pensar que tendría algún encuentro especial. Él estaba acostumbrado a jugar con ella y siempre tenía ese olor tan característico a jabón y piel joven que ahora aparecía cubierto por una delgada capa de azahar y jazmín.
De repente, un gato se cruzó en su camino y le hizo cambiar la perspectiva como si fuera una toma de acción en una película de sábado por la tarde. El lomo oscuro con manchas blancas se contorneaba armónico, felino, sutil. Una mirada atrás fue suficiente para que acelerara su ritmo y desapareciera por el portal con un salto tan espectacular como aparentemente falto de esfuerzo por su parte. ¡Quién fuera gato en algunas ocasiones! Se levantó pensando en esto cuando sintió que todo su mundo se volvía del revés, pero no era el mundo, era él. Tanta distracción le hizo olvidar el hueco de la alcantarilla que permanecía abierta desde las últimas lluvias, y sólo pudo acertar a percibir, casi a cámara lenta, el gesto de horror de María desde el otro lado de la calle y el de cierta satisfacción del gato desde la encimera de la cocina, asomando por la ventana. Mas tarde, con los ojos cerrados, sintiendo el dolor en su cuerpo y la vergüenza en el alma, imaginaba que el pelo de maría rozaba su nariz como tantas otras veces, mientras sus dedos largos y finos le hacían esas cosquillas que tanto le gustaban.¿el gato?... nadie se acuerda de un gato en esos momentos. Con los ojos entreabiertos miraba de lado a ver si María se decidía a cruzar la calle de nuevo y hacer ese sueño realidad, pero el chirriar de los frenos de un autobús de línea le hizo entender que ese día tenía más en común con el gato que con María. Él también tendría que lamer sólo sus heridas.

lunes, 20 de febrero de 2012

... ayer corrí mi primera maratón


Soy una persona afortunada. De eso no me cabe duda. Jamás imaginé que mi primera maratón pudiera ser una experiencia tan buena. Eso no quiere decir que la vaya a repetir, porque ahora mismo no me inscribo ni en una carrera de mi casa a la esquina, ni tampoco que la terminara fresco y sin sufrimiento; significa que fue lo mejor que pudo ir. Jamás en ningún entrenamiento había estado mucho más de 12-15km sin dolores en los gemelos… ayer no aparecieron. Jamás había estado mucho más de 20km sin dolores fuertes en los abductores con mi lesión “heredada” del Basket…ayer llegaron en el km 34. Ayer todo lo malo no pasó, o pasó más tarde de lo que habitualmente me pasa. El estómago me respetó el consumo de geles, y muchas veces entrenando me molesta un poco…etc, etc… por eso digo que soy muy afortunado.

Hace seis meses pensé que era un buen momento para lanzarme al reto de la maratón, después de haber hecho algunas medias maratones el año anterior…sufriendo bastante, la verdad. He entrenado feliz y animado, con bastante fidelidad al plan que me marqué para estar en los tiempos humildes en los que yo me podía mover, y sobre todo, para llegar al final de la maratón repitiendo una sonrisa que hubiera sacado durante el camino en repetidas ocasiones. Creo que he sido razonablemente fiel a ese compromiso, salvo con las lógicas enfermedades donde tuve que parar. Esto para alguien que trabaja viajando aún unos 80 días al año, cambiando de zona horaria, y con el invierno en medio (no sólo el de Sevilla o Málaga… también el de Chicago, Lisboa, Barcelona…) creo que habla de mi compromiso personal y de la gente que me rodea, que siempre, siempre me ha ayudado a cumplir ese compromiso.

Esta entrada espero que no quede como algo egocéntrico o que transmita la sensación de comunicar una hazaña, pues nada más lejos de la realidad. Pretende sobre todo tres cosas:
1.- Dar Gracias!!

2.- Felicitar a mis dos acompañantes ese día, mi gran amigo Manolo y el fenómeno de Pablo, que hicieron una maratón extraordinaria, más de media hora mejor que la mía. Son dos cracks que me ayudan a pensar lo normal que soy yo. Sin personas como ellos cerca, yo sería un poco más tonto.
Con Pablo a la izquierda y Manolo a la derecha. Dos gacelas en la maratón
3.- Ratificar algo que llevo mucho tiempo diciendo a todos con los que hablo de este tema: que si yo puedo… #cualquierapuedehacerlo!
A 50m... sintiendo la felicidad...





Como decía, no soy más que un tipo normal. Sí, tal vez un poco afortunado.  Mi suerte es estar llevando una vida normal que me llena de alegría. Pasando por vivencias que me hacen feliz. Conociendo a personas que me obligan a preguntarme ¿Qué habré hecho yo para tener a mí alrededor esta gente tan maravillosa? Una vida normal que a mí me parece espectacular. Nunca imaginé (bueno sí, aunque me cuesta decirlo) que en mi vida todo iría tan bien.

Sólo os dejo aquí la sensación…pisar la pista del estadio, saber que te quedan 300m y que la meta está allí… tras 42km y casi cuatro horas de esfuerzo constante, creciente. Hablas con los que tienes alrededor. No los conoces de nada, pero les animas. Les recuerdas que disfruten.. que busquen sensaciones mirando hacia dentro. NO es momento de sufrir, ahora hay que disfrutar… pensar en las personas que te quieren, las dificultades de la vida que acaban superándose, las piernas que te llevan donde tu cabeza quiera… los vellos de punta y la energía explotando en tu corazón y llenando tu cuerpo a golpe de escalofríos… Quizá es que esto se parece tanto a la vida, condensada en una mañana,  que cuando pasas la meta sientes como si con la toalla que te ponen se impregnara tu piel de un tatuaje invisible cargado de buenos consejos y de buenas razones para seguir adelante cada día haciendo lo necesario para que todo lo bueno suceda.

Feliz... cualquiera puede hacerlo!




sábado, 4 de febrero de 2012

... surcando los cielos.

Un rugido... y estás en el aire. Flotas, te suspendes, el cielo queda tus pies. La vida al revés. Los pájaros miran hacia arriba tratando de asimilar lo poco natural de su visión. Las nubes recogen sus enaguas para no entorpecer tu camino airoso,potente,decidido. Otras tratan de ocultar a las nubes más jóvenes como esperando sacrificarse por ellas ante tanta polución.
Mientras tanto, el tiempo se detiene y no parece tener ganas de avanzar. Los momentos se hacen eternos y llega a parecer que el encierro dura horas y más horas...hasta que reaccionas y ves que es verdad. Te das cuenta de que ese vuelo que parece un momento puntual entre dos estados, una mera transición, es todo lo contrario. Se convierte en una brecha en el tiempo que te atrapa y te hace pensar. Mucho. Puedes imaginar por qué las aves pueden sentirse amenazadas por la supremacía de los cielos frente a un tubo de hierro cargado de esclavos. Ahora esos esclavos ya no son golpeados, ya no malviven, ya no exprimen sus vidas por un trozo de pan y el único objetivo de pasar vivos un día más. Ahora es el miedo a bajar un estatus de vida el que, con singular sencillez, los hace separarse de su familia, viajar durante horas apretados unos contra otros. Mientras, los que promueven ese miedo, los que han promovido primero cual es la clase social a la que se supone que debes llegar, se quedan en casa recibiendo los beneficios de este juego singular.
Más irónico es aún conocer que algunos de ellos han descubierto el juego, saben que pueden escapar de él cuando quieran, pero esas alambradas invisibles les impiden dar siquiera un paso en la dirección adecuada.
Mientras, el águila, la gaviota, el gavilán, apartan sus ojos de ese infernal aparato metálico. Miran a sus crías y les piden que oculten sus cabezas en el nido para que sus oídos no queden dañados para siempre ni su incipiente plumaje se impregne de los desechos de la combustión. Ellas les miran, sin entender nada. Sus padres tampoco. No acabaron de ver el momento en que esa especie nacida como todas las demás tomó conciencia de que la vida no es un paseo maravilloso por el que discurrir, impregnando de amor y de vida, sino una carrera contra todos donde la ambición y el egoísmo llega incluso a superar los límites de tu propia familia, de tu propia sangre. Afortunadamente, el día que ese veneno se esparció en la tierra, ellas andaban surcando los cielos.

domingo, 22 de enero de 2012

... A nuestra suerte

Hemos dejado a los legisladores el poder de marcar las reglas. Hemos dejado a los jueces el poder de decidir como aplicarlas. En teoría lo hicimos así para vivir en armonía e igualdad. Ahora muchos legisladores aprovechan ese poder para lucrarse ellos y sus mas allegados. También muchos jueces, los de mayor grado de decisión, los del tribunal constitucional, son seleccionados cuidadosamente para que haya equilibrio de aquellos con tendencias políticas de uno y otro signo. ¿Pero no se supone que los jueces son imparciales? ¿Entonces como es tan importante que sean de izquierda o de derecha? Se me ocurre que, con tantas vergüenzas que esconder en el estamento político, mas allá de inmunidades, siempre es interesante tener en el tribunal los amigos suficientes para "velar" por los intereses comunes...a ellos.
Mientras tanto, para los ciudadanos de a pie, todo parece quedar lejano y casi fuera de toda responsabilidad. No recordamos ya que nosotros los elegimos, que nosotros marcamos las reglas y también somos cómplices. Siempre que nuestra indiferencia se camufle en una queja y no se sustituya todo por un análisis serio, sin bandos, y sobre todo responsable en un sentido profundo. Aquel que define que la indiferencia es la mayor de las culpas y que no hacer nada también es una respuesta... La de los que renuncian a vivir su vida y sus ilusiones y se acomodan a vivir una vida que no les pertenece acorde a las ilusiones de otros.

sábado, 7 de enero de 2012

...necesito tres vidas

Tres vidas. No acepto ni una menos para poder hacer todo aquello que quiero, necesito, sueño. Quiero una vida entera para aprender. Tener la posibilidad de leer, asistir a cursos, leer y más leer. Devorar todo aquello que otros descubrieron, procesarlo y asimilarlo, y sacar nuevas conclusiones. Mejorar la perspectiva de la vida desde la única manera posible, la del conocimiento. Ampliar las fronteras mentales y empaparme de saber. ¡Que gran satisfacción poder sentarse con todo el tiempo y saborear los nuevos conocimientos como si fueran una suprema degustación en un restaurante de lujo!.
Quiero otra vida para experimentar. Poner en práctica el saber. Enseñar. Interaccionar. Ayudar. Actuar. Moverme incansablemente alcanzando metas que crearan valor. Valor personal y valor hacia los demás. Entregar sin esperar. Una vida intensa, sin pausa, holística y renacentista. Ayudar a transformar en la dirección que cada uno desee. Una vida donde el conocimiento se filtrara desde la vida anterior. Vidas que se harían al mismo tiempo, en distintos universos, unidas con un impulso de energía que las comunique e inyecte de todo lo obtenido en la otra para potenciar ésta más aún.
La tercera vida es para tí. Encerrado en tu cuello disfrutando del olor que sólo la vida sabe crear. Calidez, armonía... la definición del hogar. Quiero saber cuánto cuesta el minuto en tu cuello y robar un banco si fuera necesario para poderlos pagar, uno a uno.. toda la vida. Esa vida la quiero pasar entera ahí. Sin nada en que pensar, sin nada más que hacer, tan sólo disfrutar. Respirar pacientemente esperando contagiarme de tu perfume, cantar en mi mente al ritmo de tu pulso, imaginar cuadros de mil trazos negros dirigidos por tu pelo azabache. Sentir una caricia de vez en cuando, para recordarme que no sueño, que solo vivo mi tercera vida en el paraíso hecho realidad.